¿Por qué será que la región con mayor proyección ahora mismo en el panorama nacional es la Ribeira Sacra? Todos los grandes gurús del vino, los maestros del ramo, todos hablan de vinos diferentes y únicos, vinos que no tienen nada que ver con todos los que les rodean, vinos que sirven para beber y disfrutar, aquí no hay potencia a pesar de los que digan las botellas, estos vinos están hechos para pasarlo bien de una manera refrescante.
La Ribeira Sacra es esa zona por Galicia al lado del Bierzo y por encima de Valdeorras, como quien dice es el valle anterior viniendo del norte. Hay quien dice que es totalmente diferente porque los vientos que le influyen son muy diferentes que los de más abajo. Y hay quien dice que es el suelo, que son todas esas pendientes escarpadas imposibles de vendimiar las que hacen que la vid tenga que esforzarse por sobrevivir y por eso quiere mostrarse elegante y que le quieran. Los curas sabían que de ahí salía un gran vino y por eso montaron sus monasterios por la zona, tantos montaron que por eso mismo se llama Sacra a esa ribeira.
Qué agradecida es la vid que, a pesar de plantarla en lugares inhóspitos te da un fruto único y este Verdes Matas es un claro ejemplo de lo que es capaz de dar la zona. Es un vino de mencía al 100% y, aunque odio tener que compararlo, debo decir que cada vez que tomo una copa me traslada a Francia, a Chateaneuf de Pape (más iglesia), a las flores, a la frescura, a una sensación de vino con el que te apetece pasar el rato porque se hace amable y cariñoso contigo.
Verdes Matas me gusta mucho y, además, ronda los 10 euros (Essencia) y es un vino que recomendaría a todas horas porque va bien en cualquier momento y es diferente como para sorprender. La bodega es Pena das Donas, a quien no tengo la fortuna de conocer y, a pesar del nombre, creo que es un vino ideal para una cena en pareja.
En twitter: @guiabuenamesa