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Iñigo Galatas

Sopa de ganso

La sonrisa competitiva – Marketing para hosteleros

Ayer tuve la suerte de moderar una mesa redonda organizada por Makro y saqué una conclusión muy importante porque fue el tema común que surgió durante toda la mesa redonda.

Que Makro es una empresa importante para los hosteleros no seré yo quien lo juzgue, los datos están para avalar cualquier comentario y son impresionantes en esta época de crisis. Lo más curioso del caso es que el Director General, José María  Cervera insistió un par de veces que la base fundamental para el despegue de Makro había sido la sonrisa, esa sonrisa acogedora que le hacía pensar al cliente que entraba en sus establecimientos que allí había un compañero, un amigo más que un proveedor.

Siguiendo ese hilo hubo quien habló de la importancia de la sonrisa del que atiende en el comedor y eso mismo lo corroboró algún oyente que estaba entre el público, incluso llegó a quejarse de lo difícil que era encontrar gente que supiera sonreir haciendo bien su trabajo.

¿Es realmente una ventaja competitiva la sonrisa y la buena atención? Cuento dos experiencias y creo que con eso bastará:

Un amigo fue de pintxos (aprovechando la Keler Pintxo Week) recorriendo 4 bares. Conclusión: Solamente volverá al único bar en el que tuvo un trato amable. Me decía que incluso no fue el bar donde los pintxos habían sido los mejores, les daba igual, son gente de cierta edad con dinero para gastar y lo tienen claro, su dinero sólo se lo gastarán en el bar en el que tuvieron un buen trato. A alguno de los otros ni siquiera se aceracrán.

Los últimos 100 euros que he gastado en un bar lo he hecho en tres visitas a un sitio donde, a las 10,30 me reciben con una sonrisa. Hubo incluso un día en que el camarero tenía limpia y recogida la máquina del jamón (10,40 de la noche) y no dudó ni un momento en volver a montarla para ponernos una ración. Sin problemas. Mientras el bar debajo de mi casa echa la persiana a las 9,30 yo me gasto el dinero en otro que me trata bien. Por cierto el bar de la sonrisa se llama El Rincón y está en la zona de Reyes católicos de San Sebastián.

Parece mentira que Alberto Chicote se empeñe en que el cocinero saque adelante los restaurantes cuando no parece que hoy en día sea lo fundamental en un estilo de negocio, parece que es mucho más importante la atención en sala antes que una cocina decente. La cocina se compra, una buena atención no.

Pero no hay que olvidar una cosa muy importante y eso lo dijo el genial Luis Irizar cerrando el encuentro: “Una sonrisa se consigue con un buen sueldo.” Lo que no pueden esperar los propietarios es recibir una sonrisa a cambio de una miseria, entre unos y otros tienen que conseguir esa ventaja competitiva para que salgamos ganando los que pagamos nuestras consumiciones.

Queda dicho.

En twitter: @guiabuenamesa

 

Temas

gastronomia, restaurantes, vinos, recetas

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