Patxiku Enea es ese asador en Lezo (de Gaintxurizketa a Lezo más cerca de Gaintxurizketa) que conozco desde hace muchos años, durante un par de meses hace años iba prácticamente todos los domingos y, sin embargo, no he hablado mucho de él. De esos olvidos que no sabes muy bien porqué te pasan.

Siempre he pensado que no es un asador al uso porque Aitor, que lo lleva de una manera muy personal es un tipo al que le gusta la gastronomía y los vinos y eso siempre se nota en el comedor.Me gusta llamarlo “Gastro – Asador” porque así es como se distingue de la mayoría.

Un ejemplo: Christian Parra es el gran cocinero que puso L’Auberge de la Galupe en el mapa de la gastronomía del País Vasco. Fue un lugar de peregrinación en Urt al que íbamos y al que debemos tanto. El Patxiku Enea es de los pocos, por no decir el único, restaurante que le hace su merecido homenaje particular porque el foie que sirve es el de la receta original de Christian Parra y lo dice claramente en su carta. Sólo ese detalle  merece la visita, por supuesto que la calidad del plato también, pero que no me digan que el homenaje no es único.

No hay muchos asadores que se atrevan con nuevas presentaciones de platos que suenan a tradicionales. Patxiku Enea lo hace con el pulpo que prepara a la parrilla y acierta de lleno. Fue uno de los platos que más sorprendieron en la comida, por la textura, porque es un plato fácil que entra bien y que gusta a todo el mundo, han conseguido el equilibrio perfecto del pimentón dulce y picante y siempre queda el sabor del pulpo. Es normal que estén orgullosos de haber introducido un plato de mucho éxito.

El besugo y la txuleta son dos clásicos de los asadores. Ningún secreto pero el Patxiku Enea se diferencia porque Aitor se ha obsesionado con el producto desde que empezó en este negocio. Le encanta enseñarte la parte que corresponde a la cocina porque le gusta mostrar una limpieza a la que no estamos muy acostumbrados y la carne y el pescado son dos partidas diferentes con sus parrillas diferenciadas en la cocina, separadas entre sí y cada una con su responsable. Pocos asadores lo pueden decir y demostrar. Así salen los platos con la precisión con la que salen, cada parrillero se ocupa de lo suyo, no hay errores. Y para rematar la comida los postres tienen una persona que los hace a diario, son caseros de verdad.

Si hubiera una guía que distinguiera a los asadores por su carta de vinos el Patxiku Enea ocuparía un lugar de honor. .La carta es amplia, con los vinos más clásicos y con vinos modernos y diferentes.

Llevaba algún tiempo sin pasar por Patxiku Enea, por esa fantástica recepción que es el bar y en el que siempre te reciben con una sonrisa de bienvenida, una costumbre que se da en toda la sala porque la atención es siempre con una sonrisa, te sientes más que en casa, te sientes como un invitado especial a una casa, por esos comedores de piedra tan acogedores y ahora, además, uno de los comedores que no destacaba se ha convertido en una terraza acristalada espectacular que por sí misma merece una visita. Ya no sé cómo decirlo, Patxiku Enea es una visita obligada.