Hubo un tiempo hace muchos años en los que la gente iba de vinos según la procedencia de los vinos de cada bar. Había cuadrillas que iban a los bares que tenían el vino de Cenicero, los había quienes frecuentaban los Elciego y, por lo que cuentan las crónicas, os vinos de mayor éxito solían ser los de San Vicente de la Sonsierra.

Hace ya muchos años que Castillo de Mendoza decidió fundar una bodega en torno a las tierras familiares que surtían de grandes vinos a las bodegas de la localidad, corría el año 94 cuando empezó una aventura que ha demostrado ser algo más que una aventura loca, ha terminado siendo la representación de los grandes vinos de la zona con la capacidad de ofrecer al mercado toda la gama de vinos que puede dar la zona y, con un buen enólogo, capaz de dar el estilo de vino que cada consumidor busca. Chirimendo es su vino más joven, siempre fresco y afrutado, en su punto, hasta los más clásicos Castillo de Mendoza o ese gran Evento, con un formato más moderno y que año tras año está demostrando que es uno de los grandes de la Rioja.

Pero el que nos ocupa es Momilde 08, un crianza hecho de la manera clásica, con ese año de barrica pero que va más allá porque es un vino considerado moderno por esa oleada de fruta roja que lleva. Es un vino de los que realmente apetece tomar, porque toda esa carga de fruta que lleva en la nariz se convierte en melosidad en boca, entra suave y, lo más importante, la madera está ligeramente presente dándole al vino una elegancia que no esperas porque creías que iba a estar más desbocado. Al final te das cuenta que es un vino sin aristas, un vino perfectamente tallado para gustar. Han pasado 5 años y está en su mejor momento eso dice mucho de la bodega. Y en torno a los 10 euros (Lukas – San Sebastián) es un vino económico.

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