Recuerdo una época en la que se suponía que se esperaba a que se sentaran las damas antes de que se sentaran los caballeros, incluso se cogía la silla a las damas, o uno se ponía de pie en el momento en que una de ellas se levantaba de la mesa, recuerdo sentarme en un restaurante y que a la chica que me acompañaba le daban una carta sin precios para que pudiera pedir lo que quisiera y no se sintiera influida por el precio del bogavante. Se ve que soy tan mayor que me tocó una época versaillesca, debe ser que eso ya no se lleva.

Los chicos de Zagat, la gran revista de restaurantes americana, han sacado unas nuevas reglas de juego adaptadas a los tiempos actuales y lo han hecho de una manera democrática, pidiendo a sus lectores que enviaran sugerencias de los nuevos tiempos que corren y dando más valor a los que se llevan un mayor porcentaje. Así que esto es lo que ha dicho la mayoría:

Igualdad. Hombres y mujeres han de ser tratados por igual, aunque los lectores siguen diciendo que es a los hombres a quienes se les trata mejor porque se sigue pensando que son ellos quienes pagan la cuenta y dan las propinas. Se ve que en muchos lugares no se han enterado. Por cierto que en mi caso es siempre a ella a quien le tratan mejor.

A quie se le ocurra los planes para una cena es quien invita. A menos que se  quede en un acuerdo claro. ¿Te apetece cenar conmigo? es una fórmula suficiente. Y aún recuerdo a un americano que me invitó a ir con él al Ibai y con quien tuve que apoquinar 200 eurillos del ala por todo lo que pidió, incluidos unos vinos de quitars eel sombrero el hijo de mala madre…

Al hacer la comanda se acabó lo de damas primero, hombres depués y edades, se coge la comanda según esté cada uno preparado para pedirla.

Aparaticos. Nada mensajitos, correos o tweets. Si hay un asunto urgente que tratar te excusas te levantas y te vas dejando a la mesa la posibilidad de que siga la comida y se te enfríe tu plato. Obviamente no te puedes quejar si te lo encuentras frío. Bad luck.

Los niños solamente en los restaurantes que admitan niños. Este mismo fin de semana tuvimos que soportar a unos niños gritones que se tiraban por los sofás de un bar hasta que vino una camarera y les llamó seriamente la atención, ¿los padres?, los padres pasaban del tema.

Las reservas se deben respetar siempre. Se hacen y se anulan con el tiempo necesario.

No te eternices en el restaurante. No esperes a que te apaguen las luces, entérate cuándo debes salir.

No te olvides nunca de que eres el cliente. Si no te atienden bien, si no son amables, si encima te dan mal de comer, por dios NO VUELVAS, ni aunque sea por comodidad.

Lo dicho, Versailles cambia o si no siempre nos queda la guillotina.

En twitter: @guiabuenamesa