¿No odiamos el momento en que nos convertimos en invisibles en un bar o en un restaurante?
Suele pasar o en el momento en que tenemos que pedir algo en medio del servicio o al final, primero intentas encontrar su mirada pero estás sentado de tal manera que se te hace difícil, levantas el dedo y nada, “oiga” dices por lo bajo y nada, encima estás con una primera cita y no quieres parecer un idiota así que sonríes, si estás con tu pareja de toda la vida te suelta aquello de: “Es que no te haces valer nunca, eres un inútil”. Así que coges el toro por los cuernos y de manera tajante haces un “pssst” o silbas y entonces te viene el camarero con la bronca del siglo: “Que no soy un perro, ya le he oido” y quedas como un patán.

El peor momento es el de la cuenta, ya te han hecho la última pregunta después de los cafés: “¿alguna copita tromarán? y si dices que no ya te has quedado durmiendo el sueño de los justos (a menos que sea el propietario o tengan que doblar tu mesa) porque el camarero está a otras cosas y tiene que asegurarse otras propinas. Entonces empiezas a llamar la atención para pedir la cuenta y haces ese gesto al aire que significa “estoy dispuesto a firmar lo que sea con tal de salir de aquí” y que ellos siempre entienden como “la cuenta, por favor.”

Bueno pues todo eso se acabó con un aparatito que se llama “Pulsayvoy“. Un pulsador del tamaño de un pequeño cenicero con una serie de botones que van desde una llamada sencilla al camarero hasta otro que pide la cuenta sin más. El camarero tiene una pulsera en forma de reloj que le señala la mesa que le ha llamado. Perfecto. Sin molestar a nadie y sin tener que levantar la voz ni sentirse el hombre invisible.

Me parece una idea muy buena y que sólo puede significar mejorar el servicio para el cliente, claro que tendrá su coste y me imagino que para algunos hosteleros mejorar el servicio de los clientes sin que estos lo paguen sería inimaginable. Algún bar seguro que lo colocará ahora que ha subido el precio de su café incluso en un año de crisis (hasta 1,45 se paga en algún bar).

Blog escrito escuchando: We Are the World – (Hace 25 años que se grabó)