Esta noticia es como si a un niño le abrieran los almacenes de la Disney. Para aquellos a los que nos gusta el mundo y la cultura del vino el hecho de que Rekondo se haya decidido a hacer un bar de vinos es una noticia que, por lo menos, despierta mucha ilusión.
Estaba cantado. Tenían la barra y ahora tienen el personal adecuado. Tienen el conocimiento y tienen un fondo de bodega que es la envidia en todas partes, además, saben los precios que han pagado por algunas de sus joyas y con los años han sabido subirlos en su justa medida. (Tan justa que ha habido algún propietario de bodega que pide que suban un poco el precio de sus vinos más antiguos ya que en bodega los tienen más caros). Y Txomin ha sabido transmitir a sus hijas el respeto y amor por el vino.
El local, a pesar de ser el mismo al que hemos entrado desde hace muchos años, ha cambiado mucho, han puesto mobiliario más moderno y parece más grande, lo han pintado de blanco, han puesto la pizarra y ya está. No hacía falta más. En la barra puedes pedir lo que quieras de la pizarra, habrá vinos franceses e italianos difíciles de ver por aquí, también te sacan la carta de vinos por si te apetece alguna otra cosita por botellas. Ostras, croquetas, las cosas básicas de siempre y ya te has hecho un aperitivo e incluso una comida. Se convierte en el mejor bar de aperitivo de restaurante, esos que están en la foto son seis ingleses decidiendo el vino y los platos mientras se tomaban un vino en la barra. Yo llegué la mesa con el vino decantado y eso es un lujo que se da en muy pocos lugares.
Hace años les decía a las hermanas Edurne y Lourdes que lo que más podía apetecer algunas veces era acercarse a la barra, pedir unas croquetas y una botella de esos vinos que no puedes tomar ni en Francia. Y me animaban a hacerlo pero se veía raro. Ahora ya es posible porque las circunstancias y el mercado han cambiado. Sólo hace falta que los aficionados de verdad respondamos a la llamada, porque todo depende del éxito que tenga la idea para que lo muevan más o menos.
Blog escrito escuchando: Disney for Our Children