La vida no se construye a base de años sino de instantes viene a decir la fiosofía de este restaurante de Biarritz. Tras unas experiencias mal traídas por el centro de la ciudad llega esta oferta bastante interesante en la zona de marcha del puerto viejo.
Lo lanzó un fiel del blog, le parecía, por el momento, la oferta más interesante de la zona. Ya digo que he pasado por malas experiencias desde Biarritz hasta San Juan de Luz, incluso un par de aquellos que te decían “la próxima estrella Michelín” y nada, ni tuvieron estrella ni fueron sorprendentes.
Pero L’Instant (Rue Port Vieux, 4) es una curiosidad que merece la pena conocerse. Lo llevan, literalmente, una pareja, sin bobadas. El solito en la cocina y ella solita en el comedor. Un comedor práctico, moderno y muy francés, lo que significa que ni se te ocurra sentarte a comer con una discusión prevista o con un alijo pendiente, nunca se sabe quién se sienta al lado.
Hay un menú degustación de 5 platos (instantes) además de lo que quiera Paco (al tal Paco llegaremos más tarde). El menú en cuestión son las especialidades de la casa, pescados del día, productos de mercado, carne y postres. Es la tarjeta de presentación del cocinero. 50 €
Bordan el foie a la plancha sobre un pan de brioche con naranja con una salsa de chocolate. No es que sea difícil, como siempre lo difícil es comprarlo bueno y se nota que este lo es y bien hecho. Otra cosa perfectamente presentada fue un abadejo sobre verduras y habitas de temporada. La piel perfectamente tostada y las lascas del interior deshaciéndose en su punto.
Paco presentó un helado de piña y albahaca refrescante. Paco es, evidentemente, la Paco Jet que debe ser la última modernidad que tienen en la cocina.
Lástima que el cordero del pirineo estuviera en el punto ligeramente correoso que les gusta, con lo fácil que es hoy en día llegar a la jugosidad gracias a la cocción a baja temperatura, una Ronner en lugar de la jet y ya está. Curiosamente las alcachofas con jamón de jabugo estaban extraordinarias y podían haber sido un plato en sí mismo.
Postres precedidos por un queso de cabra (estamos en Francia) cocinado, y unos postres en los que destacaba un brownie muy cremoso.
El servicio amable, natural y correcto.
Y llegamos a los vinos. Cuando pides una copa de champagne de aperitivo y te preguntan si lo quieres rosado o blanco sabes que estás en terreno de amigos. La carta es corta como correspondería a un local pequeño llevado por unos jóvenes que no se pueden meter en grandes inversiones pero hay detalles que hace que destaque, en primer lugar vinos por copas, un viaje que va desde España hasta el Languedoc pasando por Borgoña y el Ródano, en segundo lugar que cambian la carta de vinos todos los meses de acuerdo con una tienda que es quien les suministra. Lo más correcto en estos casos. La tienda suministra todos los vinos y se cuida de que no falte ninguno (dos/tres botellas de cada referencia), a final de mes les cobra lo que han consumido y coloca material nuevo.
Y el restaurante está en la zona de marcha de Biarritz por lo que puede caer una copa, las terrazas a rebosar, a pesar del frío, por la prohibición de fumar en locales cerrados,lo que tanto preocupa a los hosteleros de este lado cuando se preguntan quién se responsabilizará del ruido de la calle.
En verano, con un paseo tranquilo por la zona, al final de la tarde si te apetece un buen pescado será recomendable. una advertencia: inglés y francés, nada de castellano.
Blog escrito escuchando: André 3000 feat. Norah Jones