Cuando abres un vino y te da todo lo que esperas de él, entonces estás ante un vino sincero. Un vino que expresa absolutamente todo lo que dice la etiqueta y lo que tu te imaginas que te va a dar desde el primer momento.
El Bierzo tiene esa característica, que los vinos bien hechos son muy sinceros, directos e inconfundibles. Siempre corren el riesgo de convertirse en un caramelo goloso imposible de tomar, pero eso es tan importante que estén bien construidos y muy equilibrados.
Parece que los vinos de la zona es importante que los hagan gente que conoce la zona, como este Cuatro Pasos que vien de la mano de Martín Codax, esa bodega de Rias Baixas que ya hace tiempo que hizo de la albariño una uva importante para colocarse entre las mejores.
Han dado un paso más y se han instalado en el Bierzo (Valles del Corullón y Valtuille entre otros) donde hacen este Cuatro Pasos magnífico y poderoso.
Una etiqueta de impacto, cuatro pasos de oso descubiertos en un viñedo, y el anuncio de 100% mencía ya te lo empieza a decir todo. En el decantado (siempre decanto el Bierzo) te llegan los primeros aromas a muchas flores aunque enseguida llega la fruta roja muy fresca, del campo directamente, moras que coges en otoño, grosellas. Y dos horas después, en la copa oyes la palabra regaliz que te susurra al oído porque está muy presente.
Es un vino muy complejo porque tiene un montón de pequeños detalles que se suman, cuatro zonas diferentes, el viñedo de más de 80 años, y los meses justos en roble de cuatro bosques diferentes. ¿14 grados? No se notan porque es fácil de beber. ¿Concentración de la mencía? Es un vino tan elegante que te sirve para una comida. ¿Y el precio? Alucinante, debajo de los 7 euros (Lukas).
Este vino es muy recomendable. Pero es importante que sea el último vino de la cena porque más vale que se esté tranquilo un par de horas.
Blog escrito escuchando: Ligthhouse Family.