Creemos que las grandes bodegas riojanas y un par de marcas conocidas son las únicas bodegas centenarias de España. Hay más detrás del número 100, más y de lugares que jamás nos pudimos imaginar.

Los griegos extendieron el cultivo de la vid por el mediterráneo y el lugar que más les gustó en la Iberia que conocieron fue un lugar que luego los romanos bautizaron como Tarraco y que hoy conocemos como Tarragona. En 1851, un alsaciano listo llamado Augusto De Muller y Ruinart de Brimont decide instalarse y fundar una bodega en esas mismas tierras. Desde entonces hasta hoy siguen haciendo vinos aunque bajo distintos propietarios desde 1925.

Lo que realmente asombra es que se hacían grandes vinos en Tarragona antes siquiera de que oyéramos hablar del Priorato, porque no hay duda de que esta bodega lleva años haciendo esos vinos cuando hablan de ser proveedores de los Papas desde Pio X hasta Juan XXIII (vinos de misa) y una capacidad de 4 millones de litros en toda su producción. Entre todas sus marcas, sumando vinos tranquilos, espumosos, rancios, de misa y soleras suman 34 marcas diferentes.

Este chardonnay De Muller fermentado en barrica de la DO Tarragona es un vino tremendo porque al principio la uva se disfraza de mediterráneo, mucha fruta amarilla, mucho limón y manzana verde, algo de plátano, especias y flores. Pero donde realmente se expresa es en boca. Otros vinos te los esperas, intuyes por dónde van a ir y los prevés. Este no, porque este lleva barricas americanas, francesas, húngaras y rusas, sus toques de caramelo, que al principio están muy presentes, al cabo del rato desaparecen y se hacen nobles, se unen a la fruta perfectamente. Y hay algo que queda de este vino que no sabes lo que es, un punto dulce, muy justo, y ves que regoen la uva con un punto de sobremaduración y ahora lo entiendes todo. Gran vino por poco más de 11 euros muy recomendable y 160 años de bodega.

Blog escrito escuchando: Gato Pérez – Romescu