Tuvimos la suerte de que Javier Zacaggnini se dedicara a esto del vino siendo como es ingeniero industrial. Tuvimos la suerte de se enamorara de la tierra y conociera a Mariano García, uno de los enólogos más emblemáticos de España. Tuvimos la suerte de que se le quedara corta la aventura de los tintos en Ribera del Duero y quisiera hacer vino blanco en Rueda. Tuvimos la suerte de que se encontrara, esta vez, con Ismael Gozalo, viticultor y productor de vinos enamorado de la tierra y de los viñedos que le dejaron (le “prestaron” dice él mismo) sus antepasados, obsesionado, además, con cuidar de manera ecológica esos viñedos para transmitírselos a sus hijos en las mejores condiciones. Tuvimos la suerte de que encontraran cepas centenarias de verdejo en Nieva, Segovia y de que con aquello se hayan dedicado a hacer vino. Tuvimos la suerte de que permitieran a las levaduras propias de la uva campar por sus anchas.
Al principio fue el Ossian uno de los grandes verdejos que ha dado Rueda pero nada cómodo para el bolsillo. Ahora tenemos la suerte de que el mercado necesite otra tendencia y ambos hayan decidido dedicar algunos viñedos entre los más jóvenes para hacer este vino Columela 09.
Lo importante de este vino es lo claramente diferente que es de otros verdejos. Al principio es muy mineral y dejas que se vaya abriendo poco a poco, luego se convierte en frutal para acabar siendo herbáceo que recuerda a un campo de cereales recién cortado. La juventud se nota en su frescura, la seriedad en que es glicérico, la complejidad que en cuanto sube un poco la temperatura salta algo que parece limón y plátano y frutos secos y… dura en boca lo que no es normal para un vino joven. Tenemos la suerte de encontrar este gran vino en torno a los 5 malditos eurillos (Lukas). Absolutamente necesario para el verano y tonto el bar/restaurante que no lo tenga.
Blog escrito ecuchando; Patti Smith – Land