San Sebastián nunca le agradecerá lo suficiente a Quique García haber montado un bar tan exclusivo como El Lagar. Probablemente no haya en todo el país un bar de estas características. Dedicados al vino hay muchos, con cartas espectaculares muchos, con pizarras de quedarte alucinado muchos más, pero con la imaginación y la dedicación a sus pizarras, la capacidad para inventarse temas cada mes, los eventos y las revistas probablemente ninguno.

 Lo reconocen todos los que han venido de fuera y han pasado a conocer el local y han visto todo el trabajo que ha habido detrás.

Pero eso ya se acabó. Así que vaya esto como un homenaje sincero de alguien que hace ya más de un año que no pisa el local. Las circunstancias obligan (digamos que por un par de malentendidos habituales en la casa) pero yo he disfrutado mucho de algunos vinos, muchos que no se encuentran en ningún otro sitio (p. ej: Palacio de Muruzábal blanco que me encanta y que se quedó sin abrir) y de champagnes, porque hay pocos (ninguno) bares con esa carta de champagnes.

Vendrán otros detrás (suerte para Eneko del Gandarias) pero seguro que no conservan el espíritu que por otro lado es muy difícil de conservar porque seamos serios, y a pesar de lo que dice Bianchini sobre los negocios originales, únicos y exclusivos, somos pocos los capaces de trasladarnos a un local solamente por el vino y la cocina y nada más que por el vino y la cocina.

Quique descansará durante una temporada que falta le hace, estar todos los meses imaginando pizarras y siempre alerta, en tensión por todo lo que se mueve en el bar, durante años no debe ser fácil y se acaba notando en el día a día, sus amigos, su familia y nosotros se lo agradeceremos. Luego, si quiere, podrá hacer lo que le venga en gana porque es un gran profesional de lo suyo.

La mjeor de las suertes para alguien que creó un bar que será un hito en la ciudad y del que nos acordaremos siempre.

Blog escrito escuchando: Elton John – Yellow Brick Road

La foto es de Vinus Systems