Da igual. Que Filemona (compañera de viaje de Mortadela) es casi una amiga y había que hacerle un homenaje y este es el que mejor se me ocurrió en tal día como el de Santo Tomás:
De segundo un poco de papada con pimientos de cristal. Esa papada crujiente es insuperable.
Tercer plato: unas pochas sobre callos de cerdo, no los había probado nunca y son muy finos. Esas dos banderillas en el plato son rabo de cerdo deshuesado y hecho en tempura. Fantástico.
El gorrino con la piel crujiente y la carne muy jugosa.
La presa riquísima sin más.
Un postre en forma de panchineta hecha en casa con un sabor artesano y auténtico (la crema con el punto justo de canela), una botella de Emilio Valerio 05 todo por 30 euros en el sitio recomendado, donde crece el jamón en Lekunberri.