Seré tremendamente sincero, lo compré sin ninguna confianza porque no suelo tenerlo de quien me habla de un vino de un amigo que hace un gran vino, pero lo hice por él y por las circunstancias. Ahora puedo decir que me alegro de haberlo hecho.
Jilabá es un vino que hace Luis Angel Casado en Lapuebla de Labarca. Es tradicional como debe ser un buen vino de la Rioja Alavesa, pero de una tradición elegante y equilibrada, aquí no hay tonterías ni concesiones a la galería, no hay fruta madura potente que te aniquila la boca, ni siquiera hay vainillas de esas que parecen una perfumería para niñas en edad del pavo, la madera está integrada con discreción, aquí hay un vino tranquilo de esos que se disfrutan desde el primer momento por su saber estar, porque no hay picos, puede que tampoco los haya como para despuntar ni para que te pongas en pie para aplaudir, no es un vino de extremos es un vino sosegado y señorial. Un vino para disfrutar en silencio, contigo mismo porque tiene mucho que hablar y si te molestan puede pasar desapercibido, un vino para reflexionar ¿tendrá algo que ver que los viñedos están junto al cementerio? Pero no pasa nada si se disfruta en una comida con amigos porque siempre quedará bien.
No sé si merece todos los premios que dicen que tiene, pero si se los dan por algo será que yo de eso no sé. Y el precio también es motivo, 7 euros (Solbes). Sólo espero que al bueno de Patxi Lekube le llegue el mensaje y que esté bien.
Blog escrito escuchando: The Jive Aces – Bring Me Sunshine