>

Blogs

Ainhoa Cilveti

El trampolín de tu vida

Aprender a decir que No

Nos cuesta decir que no, es algo que no nos han enseñado, y aunque nacemos sabiéndolo, y con una edad afirmamos nuestra identidad haciéndolo, sobre los dos años, luego se nos olvida o nos hacen olvidarlo. Durante años, nos educan en que no tenemos que hacerlo, en que no está bien y que no hay que hacerlo, por lo que terminamos olvidando esta acción, y llega el momento de recordarlo, ese momento en el que no tenemos otro remedio para continuar que decir que no, y no nos acordamos como se hace y además nos sentimos mal por ello.

A mi despacho llega gente cargada de compromisos, gente que lo da todo por los suyos, y que en muchas ocasiones, da demasiado, más de lo que pueden, por no decir No. Este es el momento en que tienen que volver a aprender lo que un día olvidaron y que resulta necesario para su existencia.

¿Cuántos de vosotros habéis dicho que harías cosas que no creéis que os convienen, que os saturan o que incluso van en contra de vuestras creencias o deseos? Y de repente, ¿os veis en la obligación de tenerlo que hacer porque no habéis sido capaces de decir no?

No pasa nada por decir No. Por decirle a un amigo o familiar que no queréis hacer aquello que os pide, si no creéis que no lo tenéis que hacer, o a un jefe que no estáis dispuestos a hacer algo que puede ir en vuestra contra en un futuro. ¿Dónde está el límite entre darnos a los otros y que estos se aprovechen de nosotros? Justo en ese límite, es donde tenemos que aprender a decir que No. Parece que lo tenemos más claro cuando estamos educando, y en este sentido aún hay mucho que hablar, y lo comentaré en otro post más adelante, pero cuando se trata de decírselo a alguien que nos exige más de lo que estamos dispuestos a dar, es cuando tenemos que ponerlo en práctica. No es No. Y no pasa nada por hacerlo. No dejamos de querer, respetar y entender a esa persona, pero no puede pretender que vayamos más allá de nuestros límites, y esto es algo que debemos y podemos defender. Entre sus deseos y los nuestros, a la hora de realizarlos nosotros, prevalecen los nuestros. Y si algunos no lo entienden, que los hagan ellos.

No os sintáis mal por decir que no a lo que no queréis hacer, es vuestro derecho, y como tal se debe respetar.

Temas

Coaching para todos

Sobre el autor


abril 2014
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930