Tanto si salimos fuera, como si nos quedamos en casa, el verano es para disfrutarlo, o al menos este es uno de los propósitos de la mayoría de nosotros. Por lo tanto, para que podamos hacerlo, es importante que nos repartamos las tareas entre todos. Este debería ser un propósito de todo el año, aunque como en estas fechas suele haber horarios diferentes, podemos ajustar los nuevos horarios y repartir de forma más ecuánime las tareas, de tal manera que todos podamos disfrutar un poco más del tiempo libre, y no dejando que nadie se sobrecargue de trabajo.
Otro aspecto a tener en cuenta para disfrutar de nuestras vacaciones es que podemos decir No a los compromisos que nos alejen de nuestro propósito de descanso o divertimento. Es verdad, que durante el año, no solemos disponer de tiempo para hacer algunos planes o estar con gente que decimos querer estar, pero a veces, estos son compromisos que nos imponemos a nosotros mismos, y que no tienen más sentido que el que nosotros queremos darle. Visitar a tal persona, hacer limpieza de tal sitio, programarnos una tabla de ejercicio porque alguien nos ha comentado que le va bien, u organizar una cena con unos amigos que llevamos tiempo sin ver. No significa que no haya cosas que después nos sintamos bien haciendo, pero tengamos en cuenta que las vacaciones son para retomar energía, y que si nos saturamos con obligaciones, no dejamos tiempo a aquello que de verdad nos va a portar esta energía, independientemente de cómo haya elegido cada uno aprovechar estos días.
Al hilo del aspecto tiempo, tenemos que darnos cuenta que el día tiene veinticuatro horas y una
semana siete días. Sé que parece una perogrullada, pero muchas veces nos empeñamos en querer hacer demasiadas cosas en un mismo día, y terminamos agotados, y con la sensación de no haber llegado a nada, o no haber podido disfrutar de las cosas. Esta sensación de andar corriendo ya la solemos tener durante todo el año, procuremos disfrutar en cada momento de lo que estamos haciendo, y no frustrados por no haber conseguido llegar a alguno de los planes. Cuantas veces oímos a turistas que se han sentido como rebaños corriendo de un lado para otro por las calles de no sé qué ciudad, o a amigos que han estado en tantas fiestas que no recuerdan muy bien con quien estuvieron en cada una, personas que han leído tantos libros que mezclan los argumentos, o aquellas que intentaron hacer un poco de todo y terminaron más cansados mentalmente de lo que comenzaron. Planifiquemos con cabeza y pensando en cuál es el resultado final que queremos obtener de estos días.