Estamos en las últimas semanas del verano y por consiguiente para muchos de las vacaciones, y como ocurre en numerosas ocasiones,  ya estamos pensando más en el curso que empieza que en el presente. Es verdad que el comienzo de un curso suele traer nuevos proyectos, nuevos retos y objetivos, y esto nos hace estar expectantes, pero no por ello debemos de desaprovechar el disfrutar de los últimos días de vacaciones y vivirlos plenamente.

El estar pensando en el futuro nos lleva a no vivir el presente. Es aquí cuando hay quien pueda decir que está bien disfrutar del presente pero que hay que organizar lo que nos viene, esto sobre todo lo van a hacer aquellas personas que necesitan tenerlo todo bajo control, que necesitan estar bien organizados y planificar cada aspecto de su vida. No pasa nada, cuanto más ordenados seamos menos oportunidades daremos a malas sorpresas, pero también tenemos que ser conscientes de que siempre hay algo que organizar, y que si dejamos que la vida se nos pase planificando el futuro, no vamos a ser capaces de disfrutar el presente.

Los finales, cuando la situación es positiva,  se viven con sentimiento de tristeza, de pérdida de lo que ya no volverá, pero podemos darle la vuelta y agradecer lo vivido y lo que aún podemos disfrutar de ese momento. Sentirnos tristes por lo que se termina es una emoción muy normal, pero no significa que debamos dejarnos llevar por esta, sino transformarla hacia la alegría de haber podido disfrutar, y tomando conciencia del presente, seguir estando felices por el momento actual.

Los días van acortando minuto a minuto y el sol se va debilitando, aunque siguen siendo largos y el calor aprieta. Por lo tanto, aunque debamos ir preparando la vuelta a los estudios, el nuevo proyecto en el trabajo o decidiendo cuál va a ser nuestra rutina durante los próximos meses, disfrutemos de estos días de verano que también pueden ser mágicos. Aún quedan muchas fiestas por celebrar, momentos que compartir con los amigos e incluso vacaciones enteras por empezar.  Ya llegará el momento de ponernos las pilas y centrarnos en nuestras obligaciones, pero mientras tanto, disfrutemos de los días que nos quedan y aprovechémoslos al máximo, que el invierno es largo y también nos ofrece muchos momentos buenos.