“Lo que nos hiere o daña no es lo que nos sucede, sino nuestra respuesta a lo que nos sucede. Lo más importante es el modo en que respondemos a lo que experimentamos en la vida.” S.R. Covey
Esta frase es una de mis preferidas a la hora de trabajar, ya que muchas veces nos escudamos en las cosas que otros nos han hecho para dar respuesta a nuestras acciones sin percatarnos de que la cuestión es la importancia que damos nosotros a esas acciones o hechos. Por supuesto, siempre hay temas muy difíciles de asumir, pero en este caso me refiero a la “terribilitis” que a veces nos acecha por situaciones que tomamos como excusa para hacer o sentirnos como queremos. Al fin y al cabo, nosotros somos los últimos responsables de cómo nos afectan estos hechos, por este motivo hay gente que es capaz de relativizar las cosas y otros de tremendalizarlas.
Si nos fijamos un poco, podemos encontrar en nuestras vidas ejemplos en los que hemos considerado muy grave un hecho, y cuando lo hemos expuesto nos hemos encontrado con alguien que no se lo parecía tanto. Al revés también ocurre, un amigo o amiga nos cuenta la preocupación por una situación que nosotros vemos de muy fácil solución, y sin embargo, vemos que esa persona lo está pasando mal por lo ocurrido. Todo esto se debe a que cada uno es capaz de tomar la decisión de cómo quiere asumir su propia realidad y los hechos que le ocurren, y actuar en consonancia a esta decisión. Por supuesto, y siempre respetando la opinión de cada uno, tenemos el derecho de tomarnos las cosas como mejor consideremos, pero también es verdad que podemos hacerlo como mejor nos convenga, y aprender a relativizar para estar nosotros bien.
Lo más importante es que cada uno se sienta bien, y para lograrlo podemos aprender que son nuestras decisiones las que nos van a ayudar a hacerlo. Por este motivo, aprender a darle la vuelta a situaciones que nos agobian o a saber tomar el aspecto más positivo de cada una nos va ayudar a lograrlo. Empezar a hacerlo es un ejercicio muy bueno, incluso puede resultar divertido poder comprobar la habilidad que tenemos y hacernos sentir más fuertes respecto a nuestra vida. Escuchar a otras personas nos puede ayudar, sobre todo a aquellas que son positivas y que saben lidiar con su vida de forma optimista. Si pensamos que no podemos, relacionarnos con otros nos va a permitir aprender de ellos.