Hace unos días un cliente me ponía en antecedentes sobre una nueva realidad que está ocurriendo últimamente en ciertos acontecimientos culturales y deportivos: se prioriza el grabar con el móvil o sacar una foto a aplaudir a la estrella o personaje en cuestión. ¿Hemos dejado de mostrar la admiración por el deseo de tener una imagen de la persona?
Este cliente me hacía este comentario por la frialdad con la que había trascurrido un acto, no porque pensara que las personas que trataban de grabar hicieran mal, sino porque en el momento de los aplausos estaban más ocupados en tomar la foto que en expresar su admiración resultando una actuación fría por parte del público.
Es verdad, que cada vez existe más la obsesión de grabar, como si el tener las imágenes guardadas en el móvil vayan a garantizarnos poder retener o disfrutar más de ese momento. De hecho, en algunas ocasiones he visto que algunos padres obsesionados por grabar la actuación, partido o competición de los hijos no han disfrutado del momento. ¿Piensan que lo van a disfrutar más si lo ven después? ¿O si lo pueden ver en cualquier momento? Sé que algunas personas, por los nervios que pasan en estos momentos prefieren verlos en diferido, una vez se sabe el resultado y que todo ha salido bien. Pero también hay que tener en cuenta que, al hacerlo de esta forma, nos impedimos a nosotros mismos disfrutar del momento presente.
Por una parte, la obsesión de hacer fotos nos transmite la necesidad que tenemos de tener que guardar todas nuestras vivencias para constatar que son ciertas, como si el vivirlas sin más no fuera suficiente. De hecho, cuando alguien nos cuenta un suceso, cada vez es más habitual que acompañe la narración con una foto, y si no lo hace que se la pidamos nosotros, ya no nos conformamos con la palabra, necesitamos un refuerzo visual. Por otra parte, nos transmite la poca atención que ponemos en vivir el momento presente, pensando en que este se va a ampliar a cuando lo recordemos viendo esa foto, pero sin darnos cuenta que el momento es el que es, y lo recordaremos como lo vivamos en el presente, por lo que si nos centramos en disfrutarlo vamos a poder tener mejores recuerdos que si nos entretenemos en sacar fotos. No significa que no podamos sacar una foto, pero no nos perdamos el presente por pensar que tendremos un futuro mejor.