Hay personas a las que les cuesta mucho relacionarse normalmente con otros, no solo me refiero a aquellos que por tener problemas de timidez o de baja autoestima les resulta difícil estar con otros, también a aquellas personas que por ser críticas hacia la conducta de los demás en general poseen un bajo grado de empatía con quienes les rodean, llegando a resultar poco respetuosos, incluso maleducados.

Por supuesto, una cosa es quien por tener una baja autoestima, por carecer de habilidades sociales o al menos tenerlas limitadas no saben actuar de forma correcta y otra muy diferente la persona que piensa que todo lo que hacen los demás está mal y al no poder ponerse en el lugar de la otra persona actúa de forma déspota, sin importarle las consecuencias de sus actos. Suele tratarse de personas que viven en la queja continua, que no aceptan nada de lo que los otros hacen, pero que tampoco se suelen prodigar en hacer ellos muchas cosas por los demás. Incluso, en algunos casos van a despreciar a quienes sí lo hacen, y por supuesto, van a criticar todas las decisiones que estos tomen, aunque su trabajo les beneficie, no van a aceptarlo.

Al final el único problema es que nos podemos ver afectados por las actitudes y comportamientos de estas personas y por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es evitar relacionarnos con ellas en la medida de lo posible. Si somos conscientes que alguien critica constantemente lo que le rodea, ya que este tipo de personas suelen tener una gran tendencia a hacerlo, independientemente de las situaciones, personas o cualquier realidad que tengan delante, lo mejor es alejarse lo más posible, o al menos, tener muy en cuenta que en algún momento nos podemos ver perjudicados por su mala actuación. Su falta de empatía e imposibilidad de ponerse en el lugar de los demás va a llevarles a tener falta de respeto, y no van a ser conscientes de ello, sino todo lo contrario, van a creer que están legitimados para hacerlo.