Estamos a punto de completar la fase inicial del mundial de fútbol y algunos países ven cómo sus esperanzas de continuar se desvanecen y otros comienzan a soñar con la copa del mundo. Pero no voy a hablar de fútbol, que, aunque a veces me divierte, tengo que reconocer que no entiendo mucho, pero sí de alguna noticia que ha surgido en torno a esta competición y que me ha llamado la atención.
Por una parte, nos encontramos con una selección muy respaldada por su afición y que se lo puso muy difícil a “la roja”, la selección de Irán, y que por primera vez, muchos de sus jugadores podían ser animados por sus madres, novias, amigas,… ya que en este país está prohibido que las mujeres acudan a los campos de fútbol a presenciar los partidos. Parece mentira que en el año 2018, aún haya que utilizar eventos como un mundial para pedir que las mujeres puedan acudir a ver un partido de fútbol, pero es así, y lo peor, es que estas mujeres tienen muy claro, que al menos de momento, les va a costar mucho conseguirlo. Esperemos que tarden menos de lo que creen y que, aunque aún falta mucho para lograr la igualdad en la mayoría de países, estos eventos ayuden a dar visibilidad a estos problemas.
Por otra parte, quiero destacar otra noticia totalmente opuesta, en la que se nos muestra cómo la afición de la selección japonesa recoge toda la porquería que han desperdigado durante el partido y que son los aficionados del equipo contrario quienes sorprendidos les gravan. Probablemente, la suciedad que tuvieron que recoger fuera más del equipo contrario que del propio, ya que quién actúa de esta forma también es muy consciente de que es mejor no manchar mucho para luego tener que recoger menos. Tener conciencia de que debemos dejar las cosas y lugares tal y como estaban antes de llegar nosotros debería ser lo normal, pero sin embargo, nos sorprende que alguien tenga este comportamiento. Esperemos que un evento de estas dimensiones que es seguido por la mayoría de los países de nuestro planeta sirva para enseñarnos lo mejor de cada sociedad y podamos aprender unos de otros, de forma que podamos avanzar todos juntos hacia un mundo mejor.