Aunque en algunos sitios está haciendo un tiempo muy lluvioso y se están ocasionando importantes inundaciones, en otros disfrutamos de unos días muy agradables, con temperaturas de verano y sin nubes en el cielo. Como sabemos que tarde o temprano ´todo se nublará y empezará a llover como si no hubiera un mañana, tenemos la tendencia a querer aprovechar al máximo el buen tiempo, mejor dicho, creemos estar en la obligación de no desperdiciar ni un minuto del sol y de las temperaturas altas, lo que nos lleva a veces a desgastarnos en esta exigencia.

El sol nos da alegría, nos aporta luz y nos ayuda a sentirnos más fuerte por la energía que transmite, pero si no sabemos gestionar bien esta energía, también nos puede causar un desgaste mayor del que nos proporciona, sobre todo si estamos empeñados en aprovechar al máximo los días cuando ya hemos entrado en la rutina de trabajo, casa, familia,… Debemos darnos cuenta que cuando uno está de vacaciones puede emplear más tiempo en disfrutar de lo que nos gusta, de las actividades al aire libre o que se realizan mayormente con buen tiempo, y el hacerlo, además de hacernos sentir bien, nos va a brindar energía. Pero si tratamos de realizar las mismas cosas a la vez que tenemos que lidiar con la rutina del trabajo, por ejemplo, puede ser que haya días que realizar estas actividades en lugar de proporcionarnos beneficio, nos vayan a perjudicar por terminar muy cansados. Es en estos momentos cuando debemos aprender a gestionar bien nuestra energía, y valorar que a veces nos conviene más descansar que aprovechar al máximo el día o el buen tiempo.

Por supuesto, debemos recordar lo importante que es dedicarnos todos los días un tiempo para nosotros, para hacer algo que nos guste y nos haga sentirnos bien y podamos disfrutar. Puede ser cualquier actividad que nosotros decidamos, y si se trata de querer aprovechar al máximo el día también nos puede venir bien, siempre que lo hagamos midiendo nuestras fuerzas y sabiendo que, si un día nos excedemos, al otro nos convendrá descansar. De lo contrario, antes de que llegue el primer puente de otoño estaremos más cansados de lo normal, sin la sensación de haber aprovechado el verano para recargar energías y poder afrontar el nuevo curso. Sea como sea, espero que cada uno encuentre la mejor forma para descansar y desconectar cada día, y si se puede, de aprovechar el buen tiempo.