Como comentamos en el último blog, según el psicólogo Karpman hay ciertos roles que se pueden explicar con el triángulo dramático, y que nos hacen comportarnos de forma poco proactiva, facilitando el conflicto y llegando a frustrar a quienes nos rodean y a nosotros mismos. En estos comportamientos tendemos a no asumir nuestros fallos y a responsabilizar a los demás de nuestras desgracias, creando un círculo de negatividad a nuestro alrededor. Para lograr salir de aquí, lo primero que debemos hacer es tomar conciencia que nuestra felicidad depende de nuestra responsabilidad a la hora de decidir y de aceptar esas decisiones, sin tener que involucrar a otras personas. Teniendo en cuenta los tres tipos diferentes de roles que podemos desarrollar en este triángulo, podremos salir de él realizando el cambio necesario:
Portrait of a city watchman posing over the urban landscape
El perseguidor puede pasar al rol de retador, es decir, no pretender tener siempre la razón y aceptar que todo lo que hace no está bien, realizar una autocrítica, para valorar también lo que los otros hacen. Para lograr que los objetivos se cumplan, en lugar de avasallar con sus críticas puede proponer retos a los demás, confiando en las habilidades y capacidades de los otros.
En el caso del salvador, también debe manifestar confianza en los demás, aprendiendo a delegar y a estarse quieto, sin necesidad de ayudar continuamente. Puede apoyar para que los otros lo hagan, y facilitarles la motivación y seguridad para lograrlo. Incluso dejar que sean los otros quienes aprendan equivocándose es mejor que tratarles de inútiles y no ofrecerles la oportunidad de hacerlo. De esta forma toma el rol de facilitador.
Por último, la víctima debe afrontar sus decisiones y ser consciente de que puede hacerlo, que tiene capacidad de crear lo que le va a permitir conseguir sus propósitos, sin que tengan que ser otros quienes se lo hagan. Cuando alguien toma conciencia de su propia capacidad se despierta de su letargo y pasa a ser un creador, convirtiéndose en alguien muy poderoso, dispuesto a conseguir lo que se proponga.