“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes estás en lo cierto”. Henry Ford
Esta es una de mis frases favoritas y que tantas veces utilizo en mis informes de coaching. Creo que esconde dos verdades absolutas, aunque decir esto va en contra de las leyes de la PNL, ya que absoluto no hay nada.
Cuando alguien me dice verdaderamente que no puede hacer una cosa, yo le creo, aunque esté convencida de lo contrario, pero si la persona no cree poderlo hacer, hasta que nada o nadie le cambie de parecer no va a poderlo hacer, sé que parece un galimatías, pero es así. Si alguien, por el contrario, está empeñado y convencido en llevar una empresa adelante, a pesar de todos los obstáculos que se le puedan presentar, los salvará, hará lo indecible por lograrlo y lo conseguirá.
Imagino que en la mente de cualquiera hay en este momento algún ejemplo de lo que estoy diciendo, de algún familiar, amigo o de sí mismo, que cuando se propuso llevar a cabo un propósito lo consiguió, aunque las circunstancias parecieran dar un pronóstico diferente. Muchas veces creemos que algo nos es posible: llegar a un peso determinado, metas deportivas, situaciones familiares, laborales, pero de repente, las “circunstancias” cambian, y nos envuelve una fuerza que nos hace capaces de lograr lo que antes nos parecía No posible. Esa fuerza, esas circunstancias somos nosotros, y nuestra voluntad hace que lo imposible se vuelva posible, y el pensar en un momento dado que seamos capaces de hacerlo. No dejemos en manos de las circunstancias nuestro poder, ya que este depende tan sólo de nosotros mismos, y es mucho más fuerte de lo que podemos pensar. Imaginar de lo que podemos ser capaces si nos lo proponemos.