Hoy, un cliente me ha destacado en una técnica de “coaching por valores”, la importancia de la paciencia para su vida y lo que esto significa en cada apartado de todo lo que realiza.
Cada día aprendo más de mis clientes, es una de las ventajas que tiene mi trabajo, el escuchar y poder reflexionar con ellos sobre los diferentes temas, y como esto te hace darte cuenta de cosas que a veces no nos paramos a recapacitar en nuestra vida.
Esta persona, muy implicada en su desarrollo personal y profesional, ha destacado este valor, como algo primordial para conseguir sus objetivos, y sobre todo para saber gestionar cada situación que le acontece. Las personas que utilizan la paciencia como un valor y un recurso consiguen:
Como se puede comprobar, sobre todo para aquellas personas que no sabemos ser pacientes, estas saben gestionar mejor sus emociones en momentos en los que nos cuesta esperar una respuesta. El hacer que el tiempo juegue a nuestro favor en lugar de en nuestra contra, tal y como lo vivimos los impacientes, es una ventaja muy grande que deberíamos aprender todos.
¿Por qué desesperarnos cuando podemos lograr tener más alternativas a nuestro alcance si nos tomamos el tiempo necesario? ¿No somos acaso los impacientes quienes limitamos ese tiempo?
Ellos saben esperar, no desesperar y gestionar la situación de mejor manera. Quizá no siempre consigan lo que se proponen, pero al menos no sufren como los demás mientras lo hacen, y sobre todo, cuando uno ve la situación con calma y tranquilidad, es capaz de gestionarla mucho mejor, tener más claro lo que pueden o no pueden hacer y por lo tanto elegir mejor en cada momento. Las decisiones que tomamos son mejores cuando las hacemos teniendo el mayor número de alternativas y con el tiempo suficiente para meditarlas. Aprendamos a ser pacientes, me lo anoto como compromiso personal.