Hemos estado un año esperando a que llegara la vacuna para poder salir de esta situación de pandemia que tanto nos está afectando y agotando física y mentalmente, y ahora que la tenemos y que empezamos a ver la luz, nos asustan con los efectos secundarios de la misma. Hace unos días recibí la noticia que iba a tener la suerte de poderme vacunar en poco tiempo gracias a mi trabajo como voluntaria, me puse muy contenta por poder adelantarme en el proceso de vacunación y estaba muy ilusionada con que llegara cuanto antes ese día. En ese momento, sólo nos vacunaban a los voluntarios menores de 65 años, algo que me parecía injusto respecto a mis compañeros de más edad, ya que considero que ellos corren mayor riesgo si se contagian, y que por supuesto hacen igual o mejor trabajo que el nuestro. El caso es que nos vacunaban con Astrazeneca, y en esos días se consideraba que no era idónea para los mayores de 65 años.
El día que tuve que ir a vacunarme iba con ilusión, pero cuando volví a casa, me encontré con la desagradable noticia de que los ministros de Europa se reunían para decidir si seguir o no vacunando con este medicamento, ya que estaba dando problemas y se cuestionaba su seguridad. Entre el susto, y algún síntoma que empecé a sentir, como sensación de “globo” en la cabeza, malestar general y dolores de cabeza, me pasé dos días más asustada y preocupada por mi salud que disfrutando de empezar a estar inoculada contra el virus. Sentía a mi alrededor el recelo que existía por parte de los vacunados con esta marca, y que los políticos no hacían nada por tranquilizarnos, más bien al contrario. Pero una vez más, ha sido la necesidad y las ganas de las personas a estar bien y no sentirnos más asustados de lo debido, lo que nos ha llevado a animarnos unos a otros, pensando que la mala propaganda de nuestra vacuna se debe a una estrategia política, comercial o de marketing, y que debemos confiar en que vamos a estar bien.
Sería de agradecer que al menos esta vez la política hubiera estado a la altura de las circunstancias, pero está claro que llevan un año improvisando y que siguen en ello, sin darse cuenta que sus movimientos pueden causar gran revuelo en la población y en estos momentos en los que es tan importante vacunarse, conseguir que mucha gente dude de hacerlo. Menos mal que a pesar de todo lo que nos dicen, somos más sensatos que ellos y optamos por lo que más conviene a la sociedad en conjunto.