En el post de hace dos semanas hablaba sobre el perjuicio que podía ocasionar un mal jefe en una empresa, sobre todo cuando consigue que los buenos trabajadores terminen decidiendo abandonar la organización. Como comentaba, se dan situaciones muy graves en la que un mal líder consigue que sus colaboradores se sientan totalmente desmotivados, es decir, todo lo contrario a lo que debe obtener alguien que sabe utilizar las habilidades que se le presuponen a un buen líder. Por lo tanto, es el momento en el que se debe actuar.

¿Qué puede hacer una empresa para impedir que esto ocurra? La respuesta rápida es la de contratar a gente válida, pero, sobre todo, creo que la cualidad más importante que debe tener un ejecutivo en estos casos es la de permitir que sus subordinados crezcan laboralmente y escucharles para saber lo que ocurre en todos los aspectos que involucran a la organización. Saber escuchar, como en tantos aspectos de la vida es fundamental a nivel profesional, y sobre todo hacerlo humildemente, permitiendo que sean otros quienes les enseñen sobre el trabajo y el sector en el que están. Una persona, por muy hábil que sea no siempre puede llegar a saber todo sobre todos los aspectos que rodean a su empresa, sector o mercado, por lo que aprender a escuchar a quienes están en la empresa y se supone trabajan en el mismo objetivo común es muy importante para ser un buen jefe.

También es muy importante observar a las personas y identificar lo que ocurre entre ellas para valorar las relaciones que se dan dentro de la organización. Por supuesto que en el trabajo debemos a prender a ser profesionales y dejar a un lado aspectos personales, pero no podemos negar que tenemos emociones y sentimientos, e igual que los utilizamos para motivar y empoderar a las personas para que rindan más, debemos tenerlo en cuenta para medir su bienestar y evitar conflictos. Una empresa que quiera minimizar problemas conflictos, debe cuidar de los equipos, pero no sólo hacerlo a través de los responsables de ellos, sino pudiendo identificar cualquier anomalía que pueda surgir en el grupo con el líder del mismo. Tener una amplia perspectiva de toda la organización favorece el buen funcionamiento de la misma.