Esta semana entramos en una nueva normalidad en la que finalmente “casi” no tenemos restricciones, aunque aún queden algunas, pero teniendo en cuenta todas las prohibiciones que hemos tenido durante los dos últimos años podemos decir que volvemos a la normalidad. Cuando empezó la pandemia y tuvimos que confinarnos en las casas se decía que cuando saliéramos lo íbamos a hacer reforzados y siendo mejor personas, habiendo aprendido de nuestras debilidades y sabiendo aprovechar las fortalezas. Los meses y las diferentes olas fueron sucediéndose y parecía que este propósito iba desapareciendo, pero ahora que finalmente parece que llegamos al momento final, podemos volver a pensar en ese objetivo.
Primero, debemos asegurarnos que verdaderamente es el final de esta situación, o al menos que es el principio de la misma y que podemos empezar a respirar tranquilos sin tener que estar pendientes de qué aire respiramos o a quién nos acercamos por miedo a contagiarnos. Es difícil saberlo de antemano, ya que ya nos hemos llevado la desilusión de estas Navidades que tras creer que iban a volver a ser normales, hemos sufrido la mayor ola de todas, haciendo mucha mella en nuestro estado de ánimo, precisamente creo que por cogernos por sorpresa.
Pero sea porque la vacunación está muy adelantada, mucha parte de la población en algún momento contagiada o porque el virus pierde fuerza, vamos a pensar que finalmente estamos terminando con esta situación y que podemos volver a la normalidad siendo mejores y más fuertes. Ahora es el momento de demostrar todas las buenas intenciones que hemos tenido durante casi estos 24 meses de pesadilla, y ponerlos en práctica. Empezando a ser mejores con nosotros mismos para luego poderlo ser con quienes nos rodean. Es el momento de poner en acción todos los objetivos que nos propusimos o, mejor dicho, después de tantos meses de espera para poder hacerlo, centrarnos en aquellos que han sobrevivido a la pandemia. Puede ser que en un primer momento pensáramos que era buena idea realizar ciertas cosas que finalmente al terminar este periodo ahora no nos resultan tan interesantes, pero habrá muchas otras cosas que sí estemos dispuestos y queramos hacer. Y llegado el momento, disfrutemos de ello, de hacer y de compartir, sabiendo que nos hemos perdido cosas en el tiempo pero que, habiendo aprendido a valorarlas, ahora podemos degustarlas con mayor fuerza.