>

Blogs

Ainhoa Cilveti

El trampolín de tu vida

La humildad mal entendida (Plano personal)

Puedo constatar que muchas veces a las personas y a los profesionales les cuesta asumir y transmitir su valía por miedo a parecer engreídos, y esto termina siendo un problema para ellos mismos y quienes les rodean.  Culturalmente nos han educado en la creencia que no debemos ser nosotros quienes propaguemos el mensaje de nuestros éxitos, incluso es mejor ser discreto respecto al esfuerzo que hemos realizado para conseguir buenos resultados, ya que conlleva implícito nuestro carácter de lucha y sacrificio. Por todo esto, al final no somos capaces a veces ni nosotros mismos de valorar en su justa medida la importancia de lo logrado, pareciendo que lo hemos conseguido casi por suerte o sin trabajo, y no ofreciendo el reconocimiento que se merece.

Cuando se trata del plano personal, esto nos lleva a menospreciar nuestro esfuerzo y por tanto a que nuestra autoestima se vea afectada, ya que si no le otorgamos el reconocimiento que merece a cada acto realizado, difícilmente podemos beneficiarnos del hecho de haber logrado una meta. No se trata de ir vanagloriándonos de cada acción realizada, pero sí de aquello que hacemos bien o que hemos logrado gracias a nuestro esfuerzo o por haber puesto en marcha nuestras valías, lo que nos permite a su vez alimentar nuestra seguridad. Cada vez oigo más comentarios sobre las inseguridades personales, incluso a modo de acercamiento hacia los otros. Como si tener ciertas debilidades nos hiciera más iguales, que puede ser cierto, pero que también podemos acercarnos y empatizar con nuestro entorno ensalzando aquellos aspectos positivos de nosotros mismos, sin por ello ser arrogantes, y empoderándonos como personas. Sólo nos atrevemos a subrayar aspectos positivos en entornos muy estrechos, con los amigo/as de toda la vida o con familiares cercanos, y a pesar de ello, sabiendo que te puede caer alguna broma.

Después pretendemos educar a nuestros hijos en la confianza y seguridad en ellos mismos, queriendo que sean niños fuertes y autosuficientes. Es difícil educar en valores diferentes a los que mostramos, por lo que, si el niño escucha en su casa hablar más de las debilidades de sus padres, abuelos, etc…, de aquellas personas a las que admira, difícilmente va a pensar en él mismo como un ser fuerte y empoderado. Se va a fijar más en las debilidades que le acercan a aquellos que quiere y desea perecerse. Por todo esto, es muy importante que pensemos en nosotros y en las personas que queremos como seres fuertes y llenos de habilidades y competencias, capaces de conseguir lo que se proponen. Y desde ese punto podremos acercarnos y ayudarnos unos a otros.

Temas

Coaching para todos

Sobre el autor


junio 2022
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930