En esta segunda parte me gustaría centrarme en las relaciones de pareja, ya que si hay una unión basada en la confianza es esta, la de la pareja, por lo que es de máxima importancia mantener el respeto. Por este motivo, es fundamental establecer los límites desde un principio para poder disfrutar de una buena relación. Tras haber establecido una buena base, tendremos más claro si debemos perdonar o no, ya que suele ser una duda muy grande en este tipo de vínculos cuánto debemos aguantar. Por de pronto, debemos diferenciar en el tipo de relación que tenemos con nuestra pareja, ya que hoy en día se dan relaciones de diferentes formas y modos, y ambos deben tener claro que están en la misma versión de pareja que han elegido. También hay que considerar que no es lo mismo una relación de poco tiempo, que una consolidada, y sobre todo, debemos saber escucharnos a nosotros mismos y a nuestras emociones, y que estas nos ayuden a saber qué es lo que queremos.
Ante todo, y desde un principio, debemos saber que hay que establecer unos límites, tanto para la otra persona como para nosotros mismos, en los que el respeto esté siempre presente, ya que si en una unión de pareja este se pierde nos encontramos en una relación tóxica, y esto es algo que debemos evitar. Cuando no hay respeto no vale la pena luchar por esa unión, y aunque en ese momento pensemos que podemos perdonar y que podemos seguir adelante porque de lo contrario nos quedamos solos, tenemos que tener en cuenta que estamos “mejor solos que mal acompañados” y que nadie se merece que le falten el respeto, y mucho menos alguien que dice quererle. Además, si lo que nos da miedo es quedarnos solos, tenemos que tener en cuenta que haciéndonos valer es más fácil encontrar a alguien que nos quiera bien y merezca nuestro amor.
Habiendo establecido los criterios de una relación sana, no significa que en algún momento no surja alguna ocasión en la que una de las dos partes de la pareja pueda fallar, y es entonces cuando debemos plantearnos si queremos o no perdonar. Por supuesto no es lo mismo perdonar un despiste, que una infidelidad, o sí, todo va a depender de quien lo tenga que hacer y cuales sean sus valores para dicha relación. Y una vez más nos encontramos en la respuesta de escucharnos a nosotros mismos. Si nos sentimos cómodos y ese perdón no nos pesa a nivel emocional, no va haber problema por hacerlo, mientras que, si perdonamos algo que, aunque en un principio parezca “una tontería” pero nos sentimos mal haciéndolo, es mejor tomar otra decisión. En todo caso, siempre debe ser uno mismo quien asuma la decisión para ser coherente en su vida con sus valores y sentirse bien, ya que, al fin y al cabo, lo más importante es estar bien.