En este blog muchas veces he comentado la necesidad que tienen los alumnos de aprender a hacer los deberes solos para que puedan desarrollar sus habilidades y aprendan a ser autónomos, y parece ser que ahora hay un estudio realizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que apoya esta teoría, incluso yendo un paso más adelante. Según este estudio, no sólo es contraproducente ayudar a los hijos a hacer sus deberes por lo que comentaba, sino que además deriva en que los alumnos obtengan peores notas, es decir causando justamente el efecto contrario que los padres pretenden.
Cuando los progenitores se responsabilizan de ayudar a hacer los deberes a sus hijos, producen el efecto de que los hijos no solamente no se sienten ellos solos a realizarlos, sino que también se crea un trasvase de responsabilidad de los mismos. Es decir, los hijos se relajan y delegan en quien les ayuda la responsabilidad que ellos deben asumir por su trabajo y sobre el resultado de este, incluso recriminando en ocasiones que las soluciones a los problemas no hayan sido las correctas o no se hayan realizado en el plazo debido.
Debemos tomar conciencia que los deberes no sólo tienen el propósito de reforzar lo trabajado durante la clase, sino también el enseñar al alumno a ponerse a trabajar por si solo, aprendiendo a gestionar su tiempo y a practicar sus habilidades a la hora de resolver problemas que puedan surgirle durante la realización de lo mandado, aprendiendo de esta forma a ser autónomo y a trabajar por si solo, sin el control del profesor. Si impedimos que los hagan solos estamos impidiendo que realicen y desarrollen todas las habilidades que requieren para este objetivo, no simplemente que no aprendan la materia en cuestión, sino que a la larga, o más bien a corto plazo, no sepan ponerlas en práctica obteniendo peores notas.
Otra consecuencia negativa de este comportamiento es que estamos menoscabando su autoestima, al mandarles el mensaje de que no son capaces de hacer solos algo que sus compañeros sí pueden hacer, por lo que lo que conseguimos es que pierdan seguridad sobre si mismos y el resultado de su trabajo. Además, una forma de aprender del ser humano es el ensaño- error, y al ayudarles evitamos que pongan este recurso en práctica, lo que en un futuro les va a ocasionar no saber que los objetivos no siempre se consiguen a la primera, originándoles mayor frustración y mayor miedo ante nuevos retos.