El otro día entré en una tienda a comprar una barra de pan y me encontré a la dependienta viendo un vídeo que escuchaba atentamente. En el poco tiempo que estuve dentro de la tienda pude escuchar que se trataba de un vídeo sobre la ansiedad, en el que una persona explicaba lo que se siente cuando la padeces, aclarando la duda de si estás sufriendo ansiedad o no, y lo que ello conlleva. Tuve ganas de hablar con ella y ofrecerme a ayudarle, pero el pudor me contuvo, y no lo hice. Al salir me preguntaba cuál puede ser la situación para no tener claro si estás sufriendo ansiedad o no, ya que considero que cuando sientes algo así, ponerle nombre es importante.
Imagino que la realidad de esta persona hace que se sienta mal con sus emociones, pero que no sepa exactamente lo que le pasa. Solemos decir que es muy importante pedir ayuda cuando lo necesitamos, ya que sentirnos acompañados nos va a permitir salir antes de esa situación, pero cuando uno/a no está muy seguro/a de lo que le pasa, es difícil poder hacerlo. No quiero hacer conjeturas sobre lo que le podía suceder, ya que esto no nos lleva a ninguna parte, pero sí me gustaría poder ayudar a quienes se sienten identificados con una situación parecida.
A veces nos sentimos infelices, tristes o con la sensación de que queremos escapar de nosotros mismos, pero sin embargo no encontramos una causa concreta, o creemos tener demasiadas razones para padecerlo, pero no sabemos qué es exactamente y, por lo tanto, no podemos ponerle nombre. Cuando queremos solucionar un problema lo primero de todo es querer hacerlo, y lo segundo es saber cuál es el problema para ponerle solución, por este motivo, cuando descubrimos cual es nuestro mal, simplemente ser capaces de nombrarlo ya nos alivia y nos acerca a la solución. A partir de ahí, podremos valorar las diferentes alternativas que podamos tener y decidir cuál de ellas queremos poner en práctica para sentirnos bien. Y para esto a veces también necesitamos ayuda, no siempre es posible saber cuál es nuestro objetivo, sino que tenemos que averiguarlo, y en esto también se puede contar con la ayuda de un coach o profesional, porque a veces no podemos ponerle nombre a nuestros sentimientos, entre otras causas porque muchas veces nos cuesta verbalizarlos. Por lo tanto, si alguien siente que no está bien y que necesita ayuda, que no dude en acudir a pedirla, aunque no sepa bien qué le pasa puede encontrar una solución sabiendo de qué se trata.