Han pasado semanas desde que nos fuimos de vacaciones a disfrutar del verano de la “nueva normalidad”, pensando que poco a poco esta pesadilla iría remitiendo y que podríamos volver a vivir sin mascarillas. Sé que era un pensamiento muy optimista, pero la esperanza es lo último que se pierde, y bastante nos costaba acostumbrarnos a bajar a la playa con mascarilla, como para pensar en ese momento que en septiembre nos íbamos a tener que enfrentar a una segunda ola de la pandemia.
Ahora nos encontramos tratando de neutralizarla y cada vez más acostumbrados a tener que combinar las mascarillas con nuestro vestuario diario, teniendo que soportar más restricciones y normas sobre las mascarillas y los hábitos que debemos tener para protegernos del virus. El problema, es que a pesar de haber podido descansar, quien haya podido hacerlo, pero sin poder haber desconectado del todo de esta situación, nos tenemos que enfrentar a un curso que se supone va a ser duro a todos los niveles. Y ¿Cómo hacerlo? ¿Cuál es la forma de mantenerse positivo cuando nos bombardean con malas noticias y los datos no parecen mejorar a ningún nivel? Parece complicado estar animado y sentirse bien en estas circunstancias, pero como en otros casos, debemos valorar cómo queremos hacer esta transición, y si nos sirve de algo desesperarnos y lamentarnos por lo que está ocurriendo. Es también verdad, que cuando lo que ocurre abarca a todos y cada uno, es más difícil animarnos o apoyarnos en alguien que nos pueda ayudar, pero entre todos debemos aprender a vivir con esta situación de la mejor de las formas, y que de esta manera sea cierto aquello que se decía en un primer momento acerca de que íbamos a salir fortalecidos.
Lo primero que debemos hacer es aceptar esta situación, que de normal no tiene nada, y que quizá lo que nos ha llevado a que haya empeorado es haberla disfrazado de “nueva normalidad”. Y aceptando lo que pasa y lo que nos ocurre a cada uno, porque cada cual lo vivimos de forma muy diferente, pensando qué podemos hacer para sentirnos bien. Por ejemplo, habrá quien considere que lo es mejor no leer ciertas noticias, o quien prefiera estar informado por todos los medios y opiniones, pero, sobre todo, debemos buscar cada uno lo que mejor nos puede venir para poder dormir tranquilos y afrontar cada día con una buena actitud, porque lo que ahora sí que es importante es centrarnos en un futuro inmediato, sin querer pensar más allá.