Vivir es en sí es una aventura, esto es algo que creo innegable, y más hoy en día con la situación que estamos atravesando, que realizar cualquier actividad corriente parece que puede suponer una acción de alto riesgo por si nos contagiamos. Pero dejando a un lado la pandemia, al menos por esta semana, voy a centrarme en lo que significa la aventura y lo que nos puede llevar a realizarla, lo que nos impulsa a acometer alguna actividad, viaje o reto que nos haga sentirnos más vivos y que suponga una aventura en nuestra vida.
Aventura significa: Suceso extraño o poco frecuente que vive o presencia una persona, especialmente que es emocionante, peligroso o entraña algún riesgo, y, sensación o circunstancia de quien vive sucesos de este tipo. Es decir, por una parte, tenemos la característica de que es una experiencia que se sale de lo común, que puede parecernos exótico, por lo tanto, tiene una cualidad de atracción, ya que el ser humano se siente atraído por lo diferente, aunque lo desconocido pueda darnos miedo. Lo que nos lleva a la segunda cualidad de la aventura, que está relacionada con el peligro o riesgo que conlleva realizar la actividad en cuestión. Por lo tanto, aventura en esta vida puede ser cualquier situación dependiendo de quien lo considere, pero llevándolo a un plano general, hay ciertas actividades que encierran un riesgo a la vez que nos resultan atrayentes y emocionantes. Algo que sabemos nos va a costar realizar, que nos va a poner nerviosos y por lo que vamos a tener que aprender a gestionar estas emociones que nos alteran, pero que cuando lo consigamos, el bienestar y la seguridad que en nosotros mismos nos proporciona es mucho mayor que el esfuerzo realizado. Cuando experimentamos una actividad de riesgo nuestro cuerpo responde generando mucha adrenalina para poder gestionar las emociones que la actividad conlleva. Así mismo, facilita al cerebro la producción de dopamina, sustancia que ejerce la sensación de felicidad y bienestar motivando de forma proactiva a realizar y repetir una actividad. Estos procesos fisiológicos pueden llevarnos a ser adictivos a este tipo de actividades de riesgo o de aventura. Además, de que, al superarlas, como cualquier otro reto, nos va a aportar mayor seguridad y una mayor autoestima.
Por qué hay perfiles que necesitan vivir en una aventura permanente en su vida o realizar actividades de riesgo puede responderse a la necesidad de experimentar esta adrenalina en su cuerpo, pero tengamos claro, que no es igual para todos el nivel donde comienza el riesgo. Es decir, para algunos, cualquier pequeño cambio, realizar cualquier actividad nueva, por segura que pueda ser, o por ejemplo tener un hijo, puede ser una actividad de alto riesgo que le lleve a sentirse pleno de adrenalina, y sin embargo, otros necesitan tirarse de un puente atados a una goma o hacer parkour por los tejados para sentir esa misma sensación en sus venas.
El caso, es que las personas necesitamos en mayor o menor medida salir de nuestra zona de confort para sentirnos vivas, y cada uno lo hace como puede o quiere, cambiando de marca de café o jugándose la vida.