“Entre
Lo que pienso
Lo que quiero decir
Lo que creo decir
Lo que digo
Lo que Ud. Tiene ganas de escuchar
Lo que Ud. Cree escuchar
Lo que Ud. Escucha
Lo que Ud. Tiene ganas de entender
Lo que Ud. Entiende
Existen 10 posibilidades que tengamos dificultades
para comunicarnos,
pero intentémoslo igualmente”.
Bernard Weber
Aunque parezca fácil comunicarnos, aunque creamos que nos estamos expresando bien o quien nos escucha es buen oyente, muchas veces existen interferencias que hacen que lo qué queremos decir, no llegue de la forma en la que queremos que llegue.
Es algo que tenemos que tener en cuenta cuando transmitimos un mensaje y queremos obtener una respuesta determinada del mismo. No siempre logramos nuestro objetivo o el resultado deseado con nuestro mensaje, y a veces, nos lleva a crear conflictos que no admitimos o no hemos considerado.
Todo esto, nos tiene que llevar a una reflexión, a saber que tenemos que ser muy cautos con lo qué decimos, cómo lo decimos y a quién se lo decimos, para que nuestro mensaje tenga el resultado que esperamos.
Sabemos que cuando decimos “te quiero” a alguien que está preparado a escucharlo, puede que lo reciba bien y se sienta querido, pero estoy convencida, que la mayoría de nosotros hemos pasado por la situación de decírselo a quien no estaba preparado para ac
eptarlo, y por lo tanto, hemos sentido que metíamos la pata. Si con una frase tan inocente y tan cargada de buenos sentimientos como esta, podemos tener problemas por parte de quien la recibe, que no puede ocurrir con otros muchos mensajes que mandamos continuamente y sin parar.
Por lo tanto, pensemos en lo qué decimos, en cómo lo decimos y en quién lo recibe, y dando una vuelta de tuerca más, cómo se encuentra la persona destinataria, ya que no es lo mismo recibir un “te quiero” en una realidad que en otra.
Si lo hacemos con nuestra mejor de los propósitos, creemos que la otra persona lo recibirá de la misma forma, y no siempre es así, por lo tanto tengámoslo en cuenta.