Hay quien tiene la creencia que discutir significa tener un enfrentamiento, por lo que lo considera algo negativo, algo que hay que evitar a toda costa, si se quiere tener una buena relación. Sin embargo, yo no soy de esa opinión, creo que discutir nos enseña a saber expresar y a comunicar nuestras opiniones, sin que por ello nos tengamos que sentir mal. Quizá, se deba a que vengo de una familia en la que todo se discute, desde el tema más intrascendente, hasta lo verdaderamente importante, solemos tratarlo entre todos. También, reconozco, que he pasado muy buenos ratos con mis amigas discutiendo de cualquier tema, además tenemos la habilidad de posicionarnos en un momento en dos frentes, siendo capaces de crear grandes debates de temas sin mucha importancia, y pasando del acaloramiento a las risas en un momento. Puede ser que en ocasiones, incluso parezca que el asunto nos afecte de forma personal, pero al final, siempre sabemos despedirnos de modo muy amigable y cariñoso.
Este tema no tendría más importancia que la de transmitir una opinión personal, si no fuera, porque vengo dándome cuenta en el despacho, que aquellas personas que tienen la creencia que discutir es malo, luego tienen problemas a la hora de expresar sus ideas, y esto les provoca sentirse mal o no atreverse a expresar lo que piensan, lo que termina pasándoles una factura emocional. En ocasiones tienen miedo a contradecir a la otra persona, presumiendo que es mejor guardarse para sí su opinión, que arriesgarse a que la otra persona pueda enfadarse. Hay que tener en cuenta, que estas personas suelen considerar estas cuestiones desde una perspectiva personal, costándoles aceptar que tener una idea no significa estar en contra de la otra persona, simplemente pensar de forma diferente. Siempre se dice que no es políticamente correcto tratar ciertos temas como la política o la religión en sociedad, sin embargo, esta idea viene de pensar que no se puede tener una buena relación con un amigo porque se tengan ideas políticas diferentes o de fe. ¡¡Qué equivocados estamos!! Precisamente, las relaciones que más nos enriquecen son aquellas que más nos aportan, y escuchar opiniones diferentes a las nuestras nos ofrece otra perspectiva de la realidad, que es lo que más nos puede beneficiar como personas.