Hoy en día se habla mucho de la empatía y de ponerse en el lugar del otro. Y se pueden entender muchas cosas, pero no necesariamente se tienen que compartir, y esto es algo que nos cuesta mucho más entender, valga la redundancia.
Podemos entender que alguien robe en circunstancias concretas, pero no tenemos por que compartirlo, ya que podemos pensar que se tienen otras alternativas antes de robar. Se puede entender que alguien traicione a una pareja, pero también se sabe que hay muchas posibilidades diferentes antes de ser infiel a la persona con la que estás. Podemos entender, podemos ser muy compresibles, pero no significa que tengamos que darlo por bueno, y por lo tanto, sin necesidad de enjuiciar esas acciones, podemos pensar en las alternativas que existen.
Por lo tanto, cuando tratamos de entender una actitud que nos cuesta comprender, no se trata de pensar en lo que haríamos nosotros en esa situación, sino en lo que le ha llevado a la otra persona a hacerlo, a sentirlo y lo que a esta persona le ha representado lo que ha hecho. No podemos en ese momento ponernos como modelo frente a lo ocurrido, sino simplemente tratar de pensar el motivo que ha causado que ella lo hiciera, más allá de juicios y prejuicios, que normalmente suelen ser muchos.
Se suele decir que hay que ponerse en los zapatos de la otra persona, pero esto no siempre funciona, ya que no todos sabemos gestionar igual nuestros recursos, por lo tanto, esta actitud no nos va a funcionar. Sino de entender los motivos y circunstancias que a esa persona le han llevado a hacerlo, ya que tenemos que considerar, que cada individuo elige en cada momento la que piensa que es la mejor alternativa para lograr su objetivo. No significa que sea la mejor que nosotros creamos, sino la que la otra persona ha sido capaz de valorar en ese preciso momento, y en muchas circunstancias no sería la que elegiría de tener otras circunstancias u otros pensamientos. La Programación Neurolinguística tiene un axioma para describir este hecho:
“Toda conducta, todo comportamiento, tiene una intención positiva, o alguna vez la tuvo, y es útil en algún contexto”.
Espero, que con esta reflexión, seamos capaces de aprender a escuchar y a recibir lo que no entendemos de los comportamientos ajenos y que muchas veces tratamos de entender.