He pasado unos días en un lugar en el cual su eslogan es “no estrés”. El país en cuestión es un sitio muy agradable, con una naturaleza bonita de contemplar y habitado por personas cuya simpatía es el espíritu y el valor del país, que contagia al visitante, además de poseer un físico envidiable, que hace que su compañía resulte aún más agradable si cabe. Desde luego, es un lugar perfecto en el que sentirse tranquila y en calma, pero el eslogan en cuestión me rechina.

“No estrés”, te lleva directamente a pensar en el estrés, cuando no tienes ninguna razón en principio para hacerlo, sobre todo, porque la mayoría de las personas no nativas nos encontramos de vacaciones. Si hubieran elegido un dicho como “calma total” o “tranquilidad absoluta”, no tendría nada que reprochar, ya que no me tendría que acordar cada vez que lo oigo o que lo leo en las camisetas que venden, de la maldita palabra que nos acompaña diariamente en nuestra sociedad, hasta en vacaciones. Esto me lleva otra vez, al consabido tema de que cuando queremos algo debemos centrarnos en ello, y no en lo que queremos evitar.

También tengo que decir que esta frase en cuestión, me lo recordaron cuando trataba de negociar un precio en el regateo habitual del lugar, o mejor dicho, me lo recordó quien no estaba dispuesto a hacerlo, alegando que los suyos eran los únicos precios fijos del lugar. Pero este no es el tema, sino que hay un lugar en el mundo que quiere vender su idílica forma de vida, y hay que reconocer que la tienen, ya que sus gentes a pesar de no tener mucho parecen ser felices, haciendo referencia al mal de nuestra sociedad, sin darse cuenta que lo mejor es vender su calidad de vida y su mayor tesoro, la calma y la tranquilidad que se respira en este lugar gracias sobre todo a la amabilidad de sus gentes. Por lo tanto, y sin ser una experta en marketing, ni querer dar clases sobre esta materia, creo que enfocarse en lo verdaderamente importante que posee el lugar haría que los visitantes pudiéramos disfrutar del lugar sin tener que recordarnos de lo que huimos cuando nos acercamos a conocer este país.