Llevo tiempo sabiendo que cada meta que consigo depende de mi, sólo de mi, y que la única ayuda con la que puedo contar es con la mía propia. Sé que si tengo que buscar una mano que me ayude la encontraré al final de mi brazo, pero aún y todo, y después de saberme toda la teoría, hay días que necesito un empujón, algo que me anime a continuar cuando siento que las fuerzas se me van y que debo continuar, pase lo que pase.
Es entonces cuando me dejo vencer, caer hasta no poder más, cuando necesito sentirme tan mal por unos instantes, que sea yo misma quien se levante. No sé si a vosotros os pasará lo mismo, pero a mi me da resultado. Visualizo como bajo por un tobogán sin poder parar, incluso, disfrutando el momento de la caída, para degustar el sentirme mal, ya que es algo conocido, vuelvo a estar en mi “zona de confort” de sentirme mal. La disfruto por un momento, y entonces, como si de un resorte se tratara, me vengo para arriba. Una vez visto todo negro, comienzo a visualizar los colores y las posibilidades que tengo a mi alrededor, y que aún no he probado. Es cuando hago las mejores cosas, cuando consigo poner en acción esa fuerza que sé que está dentro de mi y me hace lograr los mejores resultados por venir de tan abajo.
Por supuesto, no quiero decir que haya que bajar tan al fondo para obtener lo que queremos, pero cuando nos encontramos con este estado de ánimo, sepamos que como siempre, de todo lo peor se consigue algo bueno, y de nuestra desesperación también podemos sacar lo que nos propongamos, como si de un muelle se tratara, empujarnos para arriba.
Esto nos puede ocurrir cuando estamos mal, porque nos sentimos vacíos, o cuando estamos tan absortos en lo que queremos que no somos capaces de conectar con nosotros mismos. Puede parecer una contrariedad, pero quien haya estado con mucho trabajo o muy inmiscuido en sus tareas sin disfrutarlas, sabrá de lo que hablo. Es entonces cuando podemos aprender a parar y saber qué es lo que queremos y cómo lo queremos. Recordemos que lo más importante de todo es que cada uno de nosotros estemos bien, esta es la forma de compartirlo con los que nos rodean y de transmitírselo a quienes queremos.