No hay ninguna duda de que los rayos del sol son pura energía, y como tal, nos hacen sentirnos más fuertes y llenos de vida. Por supuesto, tenemos que tener cuidado con los rayos ultravioleta, saber protegernos de ellos para no sufrir quemaduras, pero esto no significa que no debamos aprovecharnos de la parte positiva de esos rayos, de la vida que el sol nos proporciona, y utilizarla para ponernos en activo y aprovecharla para lograr nuestros propósitos. Por lo tanto, vamos a ponernos en marcha y a pensar en algunos ejemplos de lo que podemos hacer:
1.- Comenzar a hacer deporte. Muchas veces no sabemos qué actividad deportiva realizar, y nos da pereza meternos en un gimnasio, por lo tanto, ahora podemos aprovechar que hay más horas de luz para disfrutar de nuestra ciudad o alrededores y salir a correr, andar en bici o simplemente caminar, que es uno de los deportes más completos. No sólo nos aprovechamos de la luz solar, sino que la compaginamos con los beneficios del deporte.
2.- Mantener pensamientos positivos. El sol es luz y es vida, y nos resulta más fácil sentirnos positivos si nos rodeamos de luz. De esto sabemos mucho las personas que vivimos en lugares en los que tenemos muchos días nublados y grises, por lo tanto disfrutemos de la luz para crear pensamientos alegres que nos permitan motivarnos y sentirnos más felices.
3.- Recargar energía para afrontar cualquier reto y ponernos en marcha. Los días soleados nos ayudan a sentirnos más fuertes y capaces, si le añadimos que vamos a crear pensamientos positivos, vamos a visualizar más fácilmente el completar nuestros propósitos satisfactoriamente. Si nos basamos en la presunción de que “si queremos podemos”, nos va a resultar más sencillo tomar conciencia del resultado y por lo tanto llevarlo a cabo.
4.- Mantener hábitos más saludables. El sol nos ayuda a sentirnos más cercanos a la naturaleza, y lo natural nos lleva a conectar con mayor facilidad con hábitos saludables. Es por lo tanto, un buen momento el hacerlo ahora, cuando el sol es más fuerte.
5.- Relajarnos. Durante el invierno solemos ir corriendo de un lado para otro, quejándonos de la falta de tiempo y sin poder pararnos a descansar. Darnos un baño de sol, con los ojos cerrados y pensando tan sólo en cómo nuestro cuerpo se siente con el calor del sol, nos va ayudar a relajarnos fácilmente.