Cuando se trata de realizar un entrenamiento físico y decimos que debemos  centrar la mente en lo que estamos haciendo puede parecer una obviedad,  pero la verdad es que no siempre estamos pensando en la actividad que realizamos, y el hacerlo correctamente nos va a ayudar a estimular el cuerpo y la mente. Existen muchos estudios en los que se ha trabajado el entrenamiento sólo de forma mental, logrando resultados más favorables que cuando se realizan de forma física, ya que el cerebro actúa sobre los músculos que se están trabajando como si se tratara de una actividad física.

Los coaches deportivos saben mucho de esta facultad de nuestro cerebro, utilizándola para lograr un mayor perfeccionamiento en los movimientos. Los deportistas de élite cuando entrenan no se quedan en el plano físico, necesitan centrar su conciencia en lo que hace cada parte de su cuerpo cuando realizan un movimiento para lograr un resultado certero. Por ejemplo, los jugadores de baloncesto no dedican horas de entrenamiento a lanzar el balón a la cesta de forma mecánica, sino que también utilizan el poder de la visualización para fomentar que la pelota entre dentro de la canasta. De esta forma consiguen que su mente mueva cada músculo de forma correcta y su cabeza se sienta capaz de hacerlo, logrando así un mayor número de aciertos.

Si esta técnica la trasladamos a cualquier otra actividad, vamos a lograr también mejores resultados, ya que nuestra mente va a ser capaz de visualizar nuestro potencial y por lo tanto, los buenos resultados que podemos obtener. Al contrario, si nos ponemos ante una lista de siete palabras pensando de antemano que no vamos a poder aprendérnoslas, nos va a resultar muy difícil memorizarlas, mientras que si pensamos que va a ser algo sencillo, en pocos minutos vamos a ser capaces de repetirlas.

Por lo tanto, si predisponemos nuestra mente hacia el objetivo que queremos conseguir, incluso aquello que en un primer momento nos haya podido resultar casi imposible, vamos a poder volverlo realizable, sintiendo que somos capaces y haciendo todo lo que esté en nuestra mano y en nuestra mente para lograrlo. Todos tenemos algún ejemplo en nuestra vida de algo que en un principio no creíamos poder hacer, y que terminamos logrando. Incluso a veces, con el tiempo, nos cuesta creer de lo que hemos sido capaces. El único misterio fue que en ese momento lo creímos realizable, y de esta forma lo logramos, aunque luego nos costara saber cómo lo logramos, simplemente nuestra predisposición no llevo a ello.