En este siglo de Atletismo alejado de los medios, el nombre de Greg Rutherford solo nos sonará a los muy apasionados por el tema o, incluso, a los muy implicados en el salto de longitud.
Greg Rutherford, británico él, es el actual campeón olímpico de salto de longitud, campeón de la Commonwealth y campeón de Europa, medallas secundarias aparte. Este palmarés, que convertiría a cualquier atleta en una “vaca sagrada” genera una curiosa controversia en el caso de nuestro pelirrojo saltador. Al menos en mi opinión.
Para empezar, los registros con los que ha ganado alguno de sus títulos están entre los más pobres de los últimos cuarenta años. No sé si esto quita brillo a sus medallas pero, sin duda, no se lo añade.
Y luego está su propia marca personal, que es precisamente donde llegan las dudas y la polémica.
Hasta el 25 de abril de este año, Greg Rutherford compartía el récord británico con Chris Tomlinson, con una marca de 8.35m. Registro muy noble pero no extraordinario. Casi todos los que estáis leyendo esto sabéis que la barrera GORDA del salto de longitud es el 8.50 (o 28 pies, 8.53, en el mundo anglosajón). Pues bien, el pasado 25 de abril, en la localidad estadounidense de Chula Vista (California) nuestro amigo Greg Rutherford llegó a ese estatus superior, y con un salto de 8.51 (+1.7) pulverizó su registro y el récord de Gran Bretaña.
Y llegó el lío. Os pongo el vídeo para que podáis verlo.
Inmediatamente saltaron algunas alarmas. En las repeticiones a cámara lenta parece bastante claro que el salto ES NULO. Uno de los que alzó la voz fue Chris Tomlinson, el hombre que perdía su condición de co-plusmarquista nacional. Pero para mi sorpresa y la de muchos más el 8.51 de Greg Rutherford ha sido ratificado como salto legal a todos los efectos.
En su momento yo también di mi opinión en Twitter y en algún foro. Hoy aprovecho mi blog para explayarme y regalaros un rato de entretenimiento atlético freak.
Y es que, vamos a ver, aunque el salto no fuera nulo (que yo creo que sí, como trataré de demostrar), este salto jamás debería ser aceptado porque incumple varios puntos del reglamento.
En el todavía cercano Campeonato de Europa hemos visto la descalificación del “ganador” de los 3000 metros obstáculos por quitarse la camiseta a falta de 100 metros para la meta. Se le aplica el reglamento, se le descalifica con todas las de la ley y punto. Hace trece meses publiqué un post titulado “Yoshihide Kiryu 0, Florence Griffith 1, IAAF 2” en el que hablaba de cómo, en ocasiones, la Federación Internacional reparte “justicia” según le salga de una parte o de otra, porque a Kiryu no le homologaron un récord mundial júnior porque el anemómetro utilizado no fue el que tenía que ser, y en cambio a Florence Griffith le mantienen desde hace veintiséis años un infame récord mundial de los 100 metros con un evidente huracán de viento a favor que el anemómetro midió como 0.0 m/s.
Y así seguimos. Volviendo al 8.51 de Rutherford paso a desgranar los motivos por los que considero que este salto no debería ser el récord de ningún sitio ni la marca personal de nadie.
Lo primero, repasemos el reglamento. Esto es lo que dice exactamente sobre la tabla de batida. Subrayo en rojo algunos detalles que luego habrá que observar con detenimiento. Podéis usar las opciones del botón derecho del ratón para ver más grande cualquier foto del post.
Este sería el croquis oficial de una tabla de batida
Para verlo más claro pongo esta imagen de una tabla normal. Que quede claro: la tabla debe medir 20 centímetros de ancho y la tabla con plastilina debe estar elevada unos 7 milímetros y tener un corte a unos 45º donde se juntan ambas tablas
Y ahora veamos cómo era el saltadero de Chula Vista del que se benefició Greg Rutherford:
Si os fijáis, salvo que Rutherford tenga el pie de un niño de diez años la tabla de batida no mide 20 centímetros sino 30 aproximadamente.
Para no parecer un tiquismiquis, más peliaguda me parece la evidente irregularidad de la plastilina. ¿He dicho plastilina? ¿Dónde está la plastilina? Como veis, ni hay plastilina ni la tabla que hace las veces de la plastilina está elevada 7 milímetros (ni medio milímetro) ni hay un corte a 45º (porque no hay donde hacerlo) ni nada de nada que se parezca a una tabla de batida reglamentaria.
Resumiendo: estamos ante una tabla de batida que incumple al menos 3 puntos del reglamento. Solo por esto yo ya considero que el salto no debería homologarse y que la IAAF haría bien en dar un toque a los jueces de Chula Vista y/o a los responsables que corresponda.
Pero vamos a lo más sangrante, ¿el salto fue nulo o no? Yo ya he opinado que creo que sí y os muestro mis “pruebas”. La cámara que nos ofrece las imágenes no está justo en la línea por lo que quienes defiendan la legalidad del salto (si es que hay alguno) tienen donde agarrarse.
Os muestro esta imagen en la que, casualmente, sale disparada en vertical la arena que había en la línea de unión entre la tabla de batida (blanca) y la tabla de “plastilina” (amarilla). Mirad el círculo
Ese “géiser” de arena voladora es el que nos muestra dónde estaba exactamente la línea de nulo. Más allá de esa línea el salto deja de ser válido. Debería quedar marca en la plastilina pero como no hay…
¿Nos engaña algún efecto óptico? Avanzo algunos fotogramas y la arena voladora se va disipando
La arena se disipa del todo y se ve dónde está el pie de Greg Rutherford. Yo diría que, incluso, la punta del pie está aún más metida en la “plastilina” que lo que se aprecia en la foto.
¿A alguien le quedan dudas? A mí me parece obvio que es un NULAZO como una catedral. Y me parece penoso que la propia IAAF cierre los ojos cuando le da la gana y dañe de esta manera su pretendida credibilidad. En algunas cosas vamos de culo.
Cierro el post con mis mejores deseos para que Greg Rutherford salte algún día más de 8.50m. (ya puestos que salte 28 pies o más), eso sí, en condiciones incuestionables. Que yo seré el primero en disfrutarlo y aplaudirlo.
Qué a gusto “mequedao”.