El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un nuevo informe bianual sobre las “Perspectivas de la economía mundial” hace pocos días (pincha aquí). Uno de los artículos del informe trataba sobre las implicaciones del peso menguante de los trabajos en el sector industrial (manufacturas), que suele preocupar y al público en general. Esta preocupación proviene de la creencia generalizada de que el mayor peso del sector industrial suele conllevar un mayor dinamismo, y un mayor crecimiento de la productividad y salarios más elevados (escribí un post sobre ello hace algún tiempo).
Como se puede observar en la Fig4ura 1, el peso de las manufacturas en el empleo ha ido disminuyendo regularmente en los países avanzados y está en mínimos en los países emergentes y aquellos en vías de desarrollo, mientras que ha ido ganando peso en China. Junto a ello, el sector servicios ha ido ganando peso en el empleo total: en las economías avanzadas recogiendo el menor peso de la industria y en los países en desarrollo capturando el menor peso de la agricultura. El cada vez menor peso de la industria también se observa en España y Euskadi (que cuenta con un peso industrial significativamente mayor que en España): el último trimestre de 2017 en el 14,3% y al 22,8% del empleo total, respectivamente, mientras se situaban en el 16,3% y 24,6% el primer trimestre de 2008 (pincha aquí para los datos del INE).
Figura 1. El peso de la industria (manufacturas) en el empleo total (%).
Fuente: FMI.
Una de las primeras posibles “víctimas” del declive de la industria y del mayor peso de los servicios suele ser la ralentización del crecimiento de la productividad, por el menor avance del progreso tecnológico del sector servicios. Ya en los años 60 del siglo pasado, William Baumol y Nicholas Kaldor alertaron de este hecho. Sin embargo, la robustez de este resultado sigue siendo una incógnita todavía: el sector servicios cuenta con subsectores que han avanzado mucho tecnológicamente y el mayor comercio internacional de servicios puede haber acelerado la productividad en dichos subsectores. La Figura 2 muestra cómo el crecimiento de la productividad del trabajo se puede lograr de dos maneras: la primera, aumentando la productividad dentro de cada sector (“within”) y la segunda, moviendo los trabajadores de sectores menos productivos a otros más productivos (“between” o también conocido como “cambio estructural”). La evidencia sugiere que la mayor parte de la mejora en la productividad del trabajo ha provenido del componente “within” (Panel 1 de la Figura 2). Además, lo que puede ser más importante, no parece que haya supuesto un impacto negativo sobre la productividad agregada (Panel 1 de la Figura 2), a pesar de los cambios en el peso del empleo en la industria hacia los servicios (países avanzados, advanced economies-AEs en la Figura) o desde la agricultura hacia los servicios (países emergentes y en vías de desarrollo), como se observa en el Panel 2 de la Figura 2 (economías de mercados emergentes y en desarrollo, Emerging Market and Developing Economies-All EMDEs en la Figura).
Figura 2. Transformación estructural y crecimiento de la productividad del trabajo agregada, 2000-10.
Fuente: FMI.
La segunda posible consecuencia del declive de la industria es que puede aumentar la desigualdad. La industria ha sido tradicionalmente considerada como un sector de puestos de trabajo de alta calidad, que al “perderse y convertirse” en puestos de trabajo del sector servicios de menor calidad, puede aumentar la desigualdad. El FMI encuentra que los salarios son generalmente más altos en la industria que en los servicios, para cualificaciones similares. Además, la desigualdad en el sector industrial es ligeramente menor que en el de los servicios. Sin embargo, la evidencia empírica sugiere que la mayor desigualdad en las rentas del trabajo se debe más a los efectos de la tecnología y el comercio (presionando a la baja de los salarios en trabajos de cualificación media o baja), que a las variaciones relativas del empleo entre la industria y los servicios.
¿Qué recomendaciones se pueden extraer de los resultados anteriores? Que las cualificaciones deben estar alineadas con aquellos sectores más eficientes y más expansivos. Además, deberían establecerse políticas para asegurar que el cambio estructural y el progreso tecnológico sean inclusivos, con políticas de formación y educación, y se cuente con redes de seguridad y de redistribución para los más desfavorecidos con el cambio estructural.
Hay camino y trabajo por delante …