JORGE F. MENDIOLA
El pobre José Bono ha sido la primera
víctima de la tregua de ETA. El ministro dicharachero se vio envuelto
en una especie de encerrona en el programa de Ana Rosa,
en Telecinco. Él había aceptado la invitación de la periodista y
escritora (¿¿??¿¿??) para hablar de sus cosillas, pero la noticia saltó
cuando se sentaba en el plató.
Como le pilló de imprevisto, Bono se dedicó a echar balones fuera con
la habitual cintura de los políticos. Sin embargo, la emoción por el
comunicado de la esperanza le dejó sin palabras y tuvo que salirse por
la tangente en más de una pregunta.
AR: ¿Tiene el Gobierno un plan, señor Bono?
JB (no el galés): Huuuummmmm…. Veamos. España tiene un Gobierno, y ese Gobierno tiene un presidente.
AR: ¿Qué va a ocurrir a partir de ahora?
JB: Verá…. yo, hummmmmmmm, como ministro de Defensa, hummmmmmmm,
tengo bajo mi mando al CNI, los llamados espías españoles. Son
funcionarios de este país y se merecen el más rotundo de los aplausos.
Ahí ya creía que Bono se iba a poner en pie para aplaudir, pero hubo suerte y no ocurrió nada. Tampoco gritó el ¡¡¡Viva Honduras!!! de su predecesor popular.
La audiencia, como yo, se quedaría a cuadros ante tal falta de
previsión. Luego, en el informativo del mediodía, Bono tuvo tiempo de
hablar con ZP, quien le transmitió la posición del Gobierno. El ministro, más enterado y relajado, respondió con argumentos creíbles.
En definitiva, un mal momento para que te pille en directo…