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Cecilia Casado

A partir de los 50

Hermanas del alma

 

 

Hasta la edad madura no he descubierto las alegrías de tener una “hermana del alma”. Creía que se podía tener amigas o incluso amigas íntimas, pero no sabía que “hermanarse” voluntariamente era otra posibilidad. Quizás es que me educaron haciéndome creer que la sangre es la sangre y tiene preferencias, pero con los años he tenido tiempo más que suficiente para comprobar que ése era un concepto equivocado.

Sentir que una persona amiga traspasa las barreras del corazón sin tropezarse con las zancadillas de la mente, instalándose en un plano de igualdad amable y generosa conmigo, ha sido una de las experiencias más gratas de los cincuenta años; porque ha sido a partir de esa edad cuando he comprendido que había que separar el grano de la paja y quedarse únicamente con las personas que suman, no con las que restan.

 Elegir un amor, elegir una amistad desde la madurez ofrece muchas menos posibilidades de equivocarse que cuando nos dejábamos llevar por impulsos poco atemperados. Ahora sabemos lo que queremos, lo que necesitamos y ya estamos dejando atrás la fase de seguir luchando con nosotros mismos buscando la orientación definitiva. No quiero decir con esto que haya conseguido personalmente llegar a ningún sitio, porque mis metas no han estado jamás fuera de mí, pero sí que me siento lo suficientemente segura y del camino elegido; otra cosa son los obstáculos que puedo seguir encontrando que, dicho sea de paso, cada vez tengo más tendencia a rodearlos o ignorarlos que a luchar o pasar por encima de ellos.

 Y cuando aparecen en la vida personas que aportan, que ayudan a crecer, que acompañan en la risa lo mismo que en el silencio, cuando siento, veo y compruebo que me está siendo ofrecida la amistad como un regalo –del que al final he aceptado sentirme merecedora- abro las puertas del alma y me apunto a la alegría de compartir.

 Curiosamente, con el paso de los años y las buenas experiencias, voy cambiando la opinión que tenía del ser humano, aquellas ideas que eran más de la cuerda de Hobbes que de la de Rousseau. Al final me quedo con la gente buena, en el buen sentido de la palabra, que es una de las frases más bonitas que decía Machado.

 Hoy es el cumpleaños de una de mis hermanas del alma, “my sister”, así dicho en inglés aunque sea ella de la misma tierra que yo, de la misma Tierra que nos acoge para luchar ilusionadas por un mundo mejor y, si no es mucho pedir, que nos toque un pequeño trocito de él para disfrutarlo juntas.

Tengo difícil hacerle un regalo en el día de hoy cuando es ella la que me ha dado tanto en estos últimos meses, así que le enviaré en silencio bendiciones de colores, un buen chorro de energía positiva de la que utilizo y cruzaré los dedos para que siga siendo feliz, la vida le sonría y no se pierda nunca en el camino hacia el interior de sí misma.

 Happy birthday, my sister!

 En tu nombre ya está toda la felicidad posible.

 LaAlquimista

 Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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