El templo budista Todai es espectacular, hermoso por fuera y abigarrado por dentro, pero también tirando a extraordinario. Tiene una historia de mucho dolor en su haber (ver Wikipedia)
Se construyó en el siglo I (año 728) en madera, y aunque diversos incendios lo chamuscaron bastante sigue en el sitial de honor la gigantesca figura en bronce del Buda Vairocana., que es como el Hulk de los budas aunque en negro en vez de en verde.
Es un templo majestuoso que indudablemente vale la pena visitar. Su interior es oscuro y con cierto aire de truculencia puesto que también sirve o ha servido de cónclave de militares y guerreros. Se estaba celebrando dentro una ceremonia difícilmente identificable-a mis ojos occidentales- pero les daba igual a los oficiantes que tuvieron que aguantar la riada de turistas ( que para eso habíamos sacado entrada ).
En el parque que rodea el recinto viven miles de cervatos en libertad domesticada ya que en la religión sintoísta los ciervos son considerados mensajeros de los dioses. Así que ahí andaban los pobrecitos cérvidos más aburridos que monaguillos en misa mayor. Te venden unas galletas para que se las des de comer mientras sacas la foto. De paso, puedes comprar souvenirs en todo el recorrido. ! Hasta un Starbucks hay en el aparcamiento…!
Yo no sé si esto que hay aquí es del gobierno o si paga sus impuestos a hacienda, pero desde luego el negocio es redondo.Como lo he visitado en domingo, imagino que había el doble de gente que un día entre semana pero yo es que a partir de 299.000 me hago un lío y ya no sé contar…
Aprovecho el trayecto en autocar hasta Osaka para intentar seleccionar una docena de fotos de las 200 que he tirado a ver si salvó la honrilla fotográfica, pero hoy creo que no.
Y felices los felices que seguimos en Japón.
LaAlquimista
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