Estos días anda todo el país pendiente de las noticias de la catástrofe producida por la DANA en el Levante y otras provincias. Encogido el corazón contando muertos o desesperado con una pala y un escobón achicando barro. Los que miran a los que actúan, los que no pueden hacer nada, los que no quieren hacer nada y los que se involucran ayudando de la manera que pueden: su tiempo, su fuerza, su dinero.

¿Son mejores que los que miran para otro lado, hastiados o indiferentes? ¿Son peores los que se han ido a pasar el puente de Todos los Santos a cualquier destino? ¿Hay que criticar y juzgar y condenar a quienes están en la ciudad de Valencia de turisteo o de juerga indiferentes a la desgracia ajena a tiro de piedra?

Yo qué sé. Quién sabe nada. ¿O qué significa realmente solidaridad? ¿Es lo contrario de indiferencia?

No quiero discutir con nadie, ya tengo bastante con discutir conmigo misma cuando tengo algo que reajustar en mi comportamiento.

Como siempre: la barrera entre los pobres y los ricos, entre los que no tienen apenas nada y los que tienen de sobra pero solo para uso y disfrute personal, sin compartir ni siquiera cuarto y mitad de empatía. (Vaya, ya estoy juzgando otra vez)

La conciencia, siempre la conciencia…

Felices los felices, el que pueda.

LaAlquimista

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