Una relación plena o no vale la pena.- | A partir de los 50 >

Blogs

Cecilia Casado

A partir de los 50

Una relación plena o no vale la pena.-

 

Con algunas personas amigas llevo una racha dándole vueltas al mismo tema, mareando la perdiz sin decidirnos a dictar sentencia,  cada quien aportando sus argumentos –todos a favor, menos los míos en contra- sobre si es válido aceptar ese maldito aforismo tan de moda de “es lo que hay”.

Que viene a decir algo así como conformarse con las migajas y aceptar lo que el otro deja caer tras de sí, como el sabio que iba comiendo nueces y otro iba detrás recogiendo las cáscaras; aceptar sin lucha ni preocupación que en cualquier tipo de relación –en cualquier tipo- hay que saber bandearse y aprovechar lo que se pueda y el resto intentar pasar por encima como de puntillas. Someterse, en definitiva, a una vida mediocre, con más sombras que luces porque…”es lo que hay”.

Me argumentan –personas amigas bienintencionadas- que no me queje, que tengo mucho más de lo que otros podrían llegar a soñar, que me conforme con lo que tengo y que no espere más de lo que me quieren dar. Y yo digo que no y con mis matices; que una cosa es intentar cambiar a los demás para que se comporten –o nos den- lo que nosotros queremos y otra muy distinta es humillar la propia dignidad aceptando las sobras que dejan. En el plano afectivo, en el emocional, en el familiar, en el laboral; en todos los planos de la vida que, en definitiva, no es más que uno: el propio plano, la propia personalidad, el centro vital de nuestra esencia donde habita lo más puro de nosotros mismos.

Yo no quiero desplazarme en un coche viejo y renqueante porque me viene a buscar a la puerta con chofer; prefiero mucho más ir andando o en transporte público. Tampoco acepto estar con una persona cuya conversación me enerva por el hecho de que me invita a cenar a un buen restaurante cada vez que salgo con ella. Me rebelo ante la idea de llamar a ese hombre que siempre está dispuesto a acostarse conmigo pero que luego se viste y se va a dormir a su casa. Reniego de la idea de convivir con alguien que me hace profundamente infeliz por no sufrir la angustia de volver a casa y que sólo responda el silencio. Pataleo –y seguiré pataleando- ante la situación en que se abusa de mi persona aunque me exponga a que me quiten prebendas, estipendios o derechos adquiridos.

Toda relación debe ser una relación plena o no creo que valga la pena.

Por lo menos luchar para conseguirlo, trabajar y poner de nuestra parte lo posible para tirar del mismo carro que la otra persona, dejar nuestra conciencia tranquila con la sensación de haberlo intentado antes de tirar la toalla. Pero tirarla, la toalla, hay que saber tirarla también.

Hay que tener la humildad de saber reconocer que el camino es errado, que “el otro” tiene otros intereses, que no somos bien recibidos, que no nos aman aunque creamos que nos merecemos ese amor.

Y reaccionar. Y afrontarlo. Y quedarse sin nada. O con menos. O con más…

Me niego rotundamente a aceptar ese:”es lo que hay” y seguir embarcada en cualquier tipo de relación interpersonal de la que estoy recibiendo menos de lo que creo ser merecedora. No se trata de exigir más, sino de aceptar que ese no es el camino, ni el destino, ni la persona. Si hubiera aceptado sin rechistar, conformándome, con lo que la vida y las personas me ofrecían, no sería ahora la mujer que soy. Seguramente, si hubiera claudicado, si hubiera simplemente “aprovechado” lo que me daban en vez de luchar por lo que yo quería de verdad, ahora mismo casi con toda seguridad que no podría mirarme a mí misma a la cara…

Porque tengo amigas “domesticadas” y amigas “salvajes” que me espolean cuando ven que estoy a punto de claudicar y me recuerdan que yo valgo mucho y me merezco algo mejor que…esas migajas con las que muchas personas se conforman.

Pero las necesito a todas: a las amigas domesticadas y a las salvajes porque a veces yo también necesito el empuje de unas y de otras para no perder mi propio punto de equilibrio. Aprendo de todas y cada una de ellas aunque a veces me den consejos excéntricos o absurdamente alienantes. Y así, entre todas y yo misma, conseguimos reafirmarnos en que cualquier relación tiene que ser plena… o no vale la pena. Y en eso estamos.

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

Laalquimista99@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


noviembre 2012
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930