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Carlos Rilova

El correo de la historia

¿El avance de la civilización?. Un periódico donostiarra describe la primera batalla de tanques durante la Primera Guerra Mundial (27 de abril de 1918)

Por Carlos Rilova Jericó

No he podido resistirme a basar el correo de la historia de hoy en un fragmento que he arrancado de la prensa donostiarra de 1918. Lo descubrí esta semana pasada mientras terminaba mi investigación sobre el espionaje en San Sebastián durante la Primera Guerra Mundial.

La noticia estaba en la página 3 del ejemplar de la Hemeroteca municipal de San Sebastián de “El Liberal Guipuzcoano”. Un diario que aparecía por las tardes en aquella rutilante ciudad -que aún conservaba el brillo y el brío de la “Belle Époque”- pero que, a pesar de eso, de manera más bien indirecta, vivía muy de cerca los acontecimientos de aquella “Gran Guerra”.

Este periódico, contrario a Alemania, decididamente antigermanófilo como toda (o casi toda) la prensa española de izquierdas de esa época, reproducía, entre otras muchas noticias remitidas desde los distintos cuarteles generales, una que le llegaba desde Londres y titulaba “La primera batalla de tanques”.

Algo así era todo un hallazgo -aunque no fuera precisamente una novedad (consulten la Wikipedia anglosajona y lo comprobarán) ni el que yo andaba buscando-, que se pusiera fecha y datos -en una ciudad neutral de primer orden en la “Gran Guerra” como San Sebastián- a la que fue la primera batalla de tanques de la Historia. Suficiente, desde luego, para dedicarle un correo de la Historia.

A medida que fui leyendo toda la noticia, sin embargo, me pareció que su contenido era importante por otras razones, aparte de por ser esa primera noticia en una importante ciudad neutral sobre la primera de esas batallas de tanques que luego, durante la que sería conocida como “Segunda Guerra Mundial, llegaron a ser antológicas.

En efecto, el contenido de la noticia era interesante, aparte de por lo ya dicho,  por la crudeza con la que el redactor describía las consecuencias de lo que era una batalla entre esos vehículos concebidos más que para luchar entre ellos, para defender a la Infantería, que hasta ese momento había sido barrida por las ametralladoras en numerosas, demasiadas, cargas suicidas a la bayoneta. Aptas para las guerras napoleónicas, pero no desde luego para una guerra mecanizada como aquella.

Los hechos ocurrieron así: los corresponsales de prensa destinados al sector británico del frente francés, en Villers-Brettoneux (población que da nombre a una batalla dentro de la gran batalla del Somme, iniciada un mes de julio de hace 100 años) fueron testigos de cómo los tanques alemanes se emplearon a fondo en las operaciones de los días 25 y 26 de abril de 1918 en aquel sector, apoyando a la Infantería alemana que avanzaba hacia Cachy.

Según testigos, estos tanques alemanes eran más grandes incluso que los británicos e iban armados con lo que la noticia describe como “grandes torres”. El redactor no duda en calificarlos de “monstruos”.

Esas grandes moles atacaron, en primer lugar, a dos tanques británicos de pequeño tamaño, llamados, usualmente, tanques “hembras”. El resultado fue que uno de esos tanques británicos quedó fuera de combate. El otro no sucumbió porque un tanque británico “macho”, equiparable a los blindados alemanes, acudió a defenderlos, haciendo que los teutones se batieran en retirada. Excepto uno, que tuvieron que abandonar sobre el terreno.

El 26 hubo un contraataque y, a través de lo que sucedió en él, que es descrito por el redactor de “El Liberal Guipuzcoano”, queda claro el grado al que estaba descendiendo la exquisita sociedad europea de la “Belle Époque” que agonizaba en campos de batalla así. Más o menos al de sociedades tan brutales como la asiría de la Edad Antigua.

Dice el redactor de la noticia que los británicos lanzaron su contragolpe por medio de varios tanques ligeros, capaces de correr más que un soldado. El ataque de esos tanques se verificó avanzando contra una gran concentración de tropas alemanas en Cachy. Allí, según el redactor, “hicieron una matanza espantosa”.

Cuando volvieron a su base “sus flancos estaban rojos de sangre porque habían no solamente acribillado a balazos, sino que habían cargado en todos sentidos” (la cursiva es mía) a través de las filas alemanas…

El redactor de “El Liberal Guipuzcoano” no consideraba necesario añadir nada más. Esa labor, quizás, podamos completarla nosotros. Es obvio, por lo que contaba esta noticia, a qué punto de barbarie se estaba llegando -por medio de avances tecnológicos- en aquella Europa -hasta 1914- tan bien educada, tan sofisticada, tan refinada, poniendo en marcha aparatos capaces de acribillar a balazos y conducidos por hombres cegados de tal modo como para no importarles cargar contra otros hombres de uniforme distinto hasta hacerlos pulpa contra el suelo, bajo las orugas de sus vehículos.

Eso, en resumen, es lo que pasó en esa ocasión histórica, en la que tuvo lugar la primera batalla entre tanques modernos, según nos lo contaba la prensa del San Sebastián de la época.

 

Campaña de mecenazgo: desde hoy y especialmente a partir del 15 de septiembre, la Asociación de historiadores guipuzcoanos “Miguel de Aranburu” está involucrada en una campaña para buscar mecenas que quieran entrar en la Historia gracias a una aportación económica para la redacción de una renovada “Historia de Gipuzkoa” que, en estos momentos, redactan varios especialistas de la asociación.

Quienes tengan interés en formar parte de ese proyecto como mecenas o financiadores del mismo, pueden consultar una información más amplia en este link  https://migueldearanburu.wordpress.com/proyecto-de-mecenazgo-para-la-historia-de-gipuzkoa/

 

 

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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