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Carlos Rilova

El correo de la historia

Una guerra civil de hace 80 años o cómo Álvaro Alcalá-Galiano se hizo fascista

Por Carlos Rilova Jericó

Esta semana entrante se cumplirán, exactamente, 84 años del inicio de la Guerra Civil española, comenzada con la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Parece pues un buen momento para lanzar la vista atrás en este correo de la Historia y reflexionar sobre lo que ocurrió en esos momentos. Y, así, sacar alguna conclusión con respecto a cómo han cambiado -o no- las cosas en ese país -España- descrito hace 84 años como el reñidero de Europa. El escenario donde se ensaya una segunda guerra mundial y donde la civilización europea fracasaba, estrepitosamente, en poco más de dos décadas por segunda vez desde 1914.

Para eso fijarse en la vida de Álvaro Alcalá-Galiano y Osma, resulta acaso una elección acertada, como espero veamos en las siguientes líneas. La vida de ese aristócrata y periodista fue curiosa y trágica. Como no podía ser menos en el caso de un hombre que vivió, y muy de cerca, años convulsos en los que se fue al garete la aparentemente civilizada sociedad europea.

En efecto, Álvaro Alcalá-Galiano y Osma llegó al Mundo en 1886. Un momento en el que la monarquía liberal española estaba en pleno esplendor tras ser restaurada a partir de 1874, instaurando un sistema no muy diferente al que otros países europeos -como Francia o Italia- habían erigido más o menos en esas fechas. En suma: Álvaro Alcalá-Galiano y Osma nacía en un lugar y momento en el que el Liberalismo triunfaba y, al menos en España, se veía con moderado optimismo un futuro prometedor. Uno en el que las convulsiones de las primeras décadas del siglo XIX habían quedado atrás. Al ser aparentemente superada la lucha entre los partidarios del Antiguo Régimen y quienes defendían los principios de la revolución francesa de 1789.

Esa pugna histórica, desde luego, se había decantado en la España de 1886 a favor de esos últimos, los llamados liberales. O revolucionarios, sin más matices, según sus derrotados enemigos, los carlistas. Partidarios de una furibunda reacción contra la revolución de 1789 y sus principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Y eso era bueno -en general- para los Alcalá Galiano, la familia en cuyo seno nacía Álvaro, pues eso significaba el fin de arduos años para ella, en los que la situación política no le había sido precisamente favorable.

En efecto, Álvaro Alcalá-Galiano y Osma era descendiente de Antonio Alcalá Galiano. Uno de los principales conspiradores y líderes liberales españoles con una accidentada vida que pasa por un largo exilio en Londres -huyendo de la reacción absolutista de Fernando VII en 1823- y otros avatares que acaban con él como ministro de Isabel II, puesto en el que moriría en 1865. No precisamente en paz y tranquilidad, pues la monarquía liberal -o revolucionaria- no satisfacía ni a los carlistas ni a muchos liberales que coinciden con ellos en querer abolirla. Tal y como ocurre en 1868, poco después de la muerte de aquel gran conspirador liberal que fue Antonio Alcalá Galiano.

La tradición familiar, pues, favorecía que Álvaro Alcalá-Galiano y Osma, se decantará por ideas de corte liberal. Y así fue. Al menos hasta que llegó el año 1917. Entonces otra de las tradiciones familiares, la del reaccionarismo a ultranza, encarnada en Antonio María Alcalá Galiano, fue la que ganó la partida.

En efecto, la vida política de Álvaro Alcalá-Galiano dio un giro de 180 grados a partir del triunfo de la revolución bolchevique en Rusia en 1917. Después de esa fecha desaparece, completamente, el que fuera autor de libros como “España ante el conflicto europeo”. Uno de los cuatro que publicará a partir de su experiencia como corresponsal de guerra en el frente occidental desde 1914.

Si en esa obra Álvaro Alcalá-Galiano y Osma denunciaba al káiser Guillermo II como un tirano y se declaraba ferviente partidario de los aliados -y, por tanto, del Parlamentarismo, el Liberalismo…- a partir del triunfo de la revolución bolchevique, su visión política del Mundo da un giro radical para alinearse con el Fascismo. Sus escritos periodísticos posteriores a 1917 no dejan lugar a dudas. Para él, como para muchos otros liberales españoles al filo de 1920, 1921, 1922, 1923…, estaba clara la solución al dilema que se planteaba en esos momentos en España, en Europa, en el Mundo… Si había que elegir entre revolución roja o Fascismo, él está con los que elegirán el Fascismo. Los elogios de Álvaro Alcalá-Galiano y Osma al golpe de estado de Primo de Rivera dan fe de ello. Si algo tenía que reprochar al general no era desde luego exceso de Fascismo, sino más bien falta de él. Algo que más adelante reprocharía también al hijo del general -José Antonio Primo de Rivera- al que acusará de tibieza al no ser capaz de actuar con la violencia extrema que Alcalá-Galiano y Osma veía -con acierto- como característica fundamental del Fascismo…

Lo que ocurre en España hasta julio de 1936, no hizo sino confirmar esas tendencias fascistas en Álvaro Alcalá-Galiano y Osma. Su fidelidad a las mismas acabó con él en julio de 1936, siendo ejecutado por una checa comunista junto con otros familiares. Como su hermano o, más adelante, su primo. El pintor homónimo Álvaro Alcalá-Galiano y Vildósola, fusilado en las matanzas de Paracuellos…

Esa fascistización que los llevó a la tumba, era algo que parecía inevitable en la España de hace 84 años. Tanto en este país, como en el resto de Europa, en esos momentos había escasísimas posibilidades de escapar de esa trampa política en la que había que elegir entre dos formas de Totalitarismo y hacerlo por cuestiones primarias.

Eso, y toda la convulsión política que se despliega en la Europa de entreguerras, donde esos miedos corren libremente, explica con bastante exactitud cómo Álvaro Alcalá-Galiano y Osma se hizo fascista y murió por ello en 1936. ¿Hoy hubiera hecho el mismo recorrido? Por sorprendente que pueda parecer en un escenario como el que vivimos -de histeria colectiva y de crisis económica y política exacerbada por esa histeria colectiva- es más que dudoso que Álvaro Alcalá-Galiano -y muchos otros como él- hubieran seguido la misma senda tenebrosa que iba de 1917 a 1936.

Con todos los defectos y deplorables excepciones que se le quieran achacar, la actual Derecha española, abundantemente representada en el Parlamento, ha cerrado filas en torno al sistema democrático, utilizando sus cauces en lugar de la tan popular -en la España de hace 84 años- “dialéctica de los puños y las pistolas”.

Aunque sólo sea por eso, hoy, a 84 años del 18 de julio de 1936, deberíamos felicitarnos al ver que la Política en España -especialmente desde la Derecha- se está aferrando al sistema parlamentario y democrático en lugar de darlo por amortizado, enterrado y proscrito de hecho. Todo ello incluso bajo una tensión más que considerable. Peligrosísima de hecho para las democracias europeas, como está denunciando desde el 20 de junio, por ejemplo, la ACU. La Comisión de Investigación Extraparlamentaria alemana sobre la actual epidemia.

¿Cuánto tiempo continuará siendo esto así, cuán sólida resultará finalmente la actual democracia española comparada con la fragilidad de la República en 1936?

Evidentemente eso dependerá de la reacción cabal y sensata ante esta situación extrema por parte de quienes, elegidos en las urnas, tienen la obligación de actuar con, como mínimo, sentido común y lealtad a los valores básicos del sistema democrático del que no deberían abdicar. Bajo ningún pretexto. Sea de la naturaleza que sea, dejándose llevar por intereses de dudosa intención o por masas idiotizadas y con miedo a la Libertad que asoman hoy, eso es innegable, su aterrador rostro en el horizonte.

Uno muy parecido, a veces, al que hizo -entre 1917 y 1936- un perfecto fascista de Álvaro Alcalá-Galiano y Osma…

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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